viernes, 28 de enero de 2011

Del genoma, o esa delgada línea...

Hubo una época en la que se pensaba que el hombre (hablo como especie, con lo que la mujer va incluida) estaba hecho a imagen y semejanza de Dios. Su creación era un dogma de fe, el cual proponía que el primer hombre, Adán, había sido modelado a partir de un trozo de barro. La mujer, Eva, se había conformado a partir de un trozo de costilla de un Adán, que ya vivo, imagino que gritaría como un cochino el día de San Martín.
Esto constituyó la verdad absoluta sobre la aparición del hombre en la Tierra durante muchos años, en los cuales se aplicaba una explicación mágica (religiosa, por ende) a todos los fenómenos. Si bien algunos "inconscientes" se atrevieron a refutar la implicación de la Sagrada Escritura en todo aquello que acontecía, esto solía tener como consecuencia condenas a muerte de lo más variado, aunque la muerte por cremación (a lo vivo, claro) era quizá la preferida. La percepción de la planicie del planeta, alrededor del cual giraban todos los astros, o el intento de explicación del origen de las especies, supusieron numerosas excomuniones y sentencias de muerte, en un momento dominado por el ocultismo, lo divino, la escolástica y la idea de que TODO se produce en función de un juego en el cual no somos más que meros objetos en una historia que ya está escrita.
Los primeros científicos naturales, entre los cuales se encontraba Darwin, trataron de ver más allá del muro que era puesto ante sus ojos, intentando desprenderse de la venda, y ofreciendo la posibilidad de otra explicación, mucho más mundana, empírica del mundo que nos rodea. Esto como digo, pudo traer muchos disgustos a esas madres que se resignaban a que sus hijos experimentaran en el sótano las posibilidades de la generación espontánea, de la existencia de otros planetas, encubriendo esas prácticas ante los vecinos, que podían en un momento dado denunciar a los herejes ante los tribunales religiosos. Pues bien, a todos ellos (madres e hijos curiosos), la historia los ha reconocido como adelantados a su tiempo y los ha situado como los descubridores de las leyes que rigen el orden de las cosas (sólo de algunas, todavía).
En esta última semana, se ha descifrado el genoma del orangután, del cual nos diferenciamos tan sólo en un 3%. Algunos, habrían tratado de explicar ese 3% como "intervención divina", otros lo han llamado "alma" y otros muchos atribuyen a la cultura y a la capacidad del ser humano para producirla, la causa de esas diferencias. Probablemente no seamos capaces de conocer ese porcentaje restante, o quizás sí, pero en él está decididamente incluida la capacidad para generar lenguajes inteligibles, la percepción estética del mundo, la capacidad creativa de melodías, la producción filosófica, las preguntas acerca de quiénes somos, cómo vivimos, adónde nos dirigimos, y, según mi opinión, la más interesante, la herencia que dejamos una vez hemos desaparecido, a las generaciones venideras... Porque todos morimos, pero la cultura permanece...
Y es que hubo alguien que dijo que "el ser humano es extraordinario", y tenía toda la razón... http://www.muyinteresante.es/el-genoma-del-orangutan-es-identico-al-del-ser-humano-en-un-97

miércoles, 26 de enero de 2011

Del esperpento nacional, o de los minibancos...

Desde hace algún tiempo, vengo sintiendo que soy (al igual que el resto de los ciudadanos) como un pequeño "minibanco". Todos (sin excepción) me piden "que me apriete el cinturón" que pague un 18% de IVA, la gasolina más cara de la historia, las subidas de precios de bienes básicos, la congelación y bajada de sueldos, que "aguante, que lo malo pasará, es más: YA ESTÁ PASANDO!", en definitiva, que haga de tripas corazón, porque en una crisis que no he provocado (y en la que no he sacado ni un duro) voy a tener que abonar hasta la ultima peseta. Obviando que estos asuntos me parecen de una justicia altamente cuestionable (ES ESTE EL MUNDO QUE QUEREMOS?), ayer entré en un estado de incredulidad cuando vi, en vivo y en directo la última votación en el congreso de los diputados. Allí, nuestros queridos gobernantes decían que NO a una reforma solicitada por IU, en la cual se revisa la incompatibilidad de una pensión pública (pagada por todos, y que no es una pensión mínima sino que asciende a la friolera de 80.000€ al año) con los nuevos nombramientos en grandes empresas privadas por parte de nuestros ex presidentes. Para una vida digna... El Sr. Mariano, que a veces hasta parece que tiene alguna idea, ya había comentado algo al respecto:

PEEERO, no pudo ser. Porque los ciudadanos pagamos el pato, mientras ellos lo cocinan a "la orange":

http://www.rtve.es/noticias/20110125/psoe-pp-bloquearan-congreso-intento-iu-limitar-pensiones-gonzalez-aznar/398150.shtml

Y yo no hago más que preguntarme: ¿No hay una ley de incompatibilidades? Es que cualquier ciudadano no puede hacer esto, pero ellos si. Ellos mandan y dirigen nuestras vidas haciendonos creer que les importamos (cada cuatro años), pero sólo porque abonamos sus facturas: facturas de taxis, dietas, viajes, seguridad... Y resulta que las naranjas han subido de precio, pero me tengo que aguantar. Menos mal que son cultivadas a 25km que si no no sé qué pasaría. ¿Y las justificaciones de gastos de nuestros señores diputados? Cuando recibes algun tipo de ayuda pública tienes que justificarla (ayudas al transporte escolar, por ejemplo) y si no presentas la justificación, tienes que devolver el dinero. Pero esto solo es para algunos. Porque no todos somos iguales, o de verdad te lo creiste? ¿Tarjetas Oro, Plata y Platino? Y resulta que ya no puedo desgravar la compra de una vivienda, y el IRPF se incrementa como la espuma (que voy a tener que casarme como estrategia económica doméstica, porque si estas soltero y sin hijos, mereces un castigo)... Vaya! Pero eso no es todo, que es que la indignación me desvía y me voy por los cerros de Úbeda. Ahora me piden que me jubile a los 67 porque no pueden garantizarme que pueda cobrar una pensión dentro de 35 años... pero si no me pueden garantizar que pasado mañana cambien de opinión y en lugar de 67 lleguen a la convención de que, para redondear, mejor 70. Y mientras, seguimos con las prejubilaciones, las bajas incentivadas y demás eufemismos que significan "pagar antes de tiempo", y ¿quien lo paga? Pues los mismos de siempre. Pero no, estamos tranquilos porque al menos consiguen llegar a acuerdos (aunque sean una porquería):

http://www.rtve.es/noticias/20110125/acuerdo-entre-psoe-ciu-abre-puerta-a-retraso-jubilacion-no-forzado/398156.shtml

Y además debemos hasta estar agradecidos, porque en España, que es un país donde todo es jauja (además de sol y buena comida, porque así es como nos venden), pagamos menos impuestos que en la UE y el tabaco es más barato (o solía serlo), y como lo hacen por nuestro bien, pues venga. Me lo cobran bien, pero me piden que no fume, porque es malo para mi salud, y además me multan si tiro una colilla al suelo, cuando los niños tienen la mala costumbre de tirar chicles y ni sus padres les dicen nada, y las calles están sucias y en verano hasta huele mal. Pero para ellos no hay multa, porque los chicles no son malos para la salud. Y si estoy fumando delante de un colegio, me pueden llamar la atención porque hago algo "feo" y que los niños no deben ver, pero sin embargo un yonki "fumando plata" en mi portal no es "causa suficiente para desplazar un vehículo patrulla, señora". Y me piden que recicle, porque es bueno para el planeta, pero sin embargo no soy yo quien causa mayor huella ecológica, sino las grandes empresas que compran cupos de contaminación (también lo hace España). Y que tenga paciencia, porque igual dentro de 15 años puedo tener un nivel de vida similar al que tenía el año pasado, obviando que jamás podré tener, por mucho que lo intente, el nivel de vida que han conseguido mis padres.

No sé, pero está claro que hay muchas cosas que no funcionan (cada vez más), pero creo que tenemos los mismos motivos (o casi) que los tunecinos para una revuelta ciudadana. Y los egipcios ya nos llevan ventaja. Cuando diremos "hasta donde"?

domingo, 23 de enero de 2011

De los primeros principios, o de la sucesión de imperios...

"Una disposición afortunada de las fibras del cerebro, una mayor o menor celeridad de la sangre, éstas son probablemente las únicas diferencias que la naturaleza establece entre los hombres. Sus espíritus, o el poder y la capacidad de sus mentes, muestran una verdadera desigualdad, cuyas causas no conoceremos nunca ni sobre ellas podremos razonar. Todo lo demás es efecto de la educación, y esta educación es el resultado de toda nuestra experiencia sensorial y de todas las ideas que hemos sido capaces de adquirir desde la cuna. Todos los objetos que nos rodean contribuyen a esta educación; las instrucciones de nuestros padres y de nuestros maestros sólo son una pequeña parte de ella."
Turgot, 1750.

martes, 4 de enero de 2011

Los conflictos intergeneracionales, o la ley del embudo... Segunda parte.

En alguna ocasión he hablado aquí de la generación ni - ni. Hoy no voy a hacer referencia a ella, sino más bien a ese otro grupo de jóvenes que conforman la otra cara de la moneda. Son un grupo, bastante numeroso, por cierto, de personas cualificadas, pero poco reconocidas, preparadas, a las que sin embargo pocos están dispuestos a dar una oportunidad. Jóvenes (y jóvenas, como diría alguna lumbreras) que no suelen salir en los medios, más que cuando se reflejan las estadísticas de la EPA, se relatan noticias referentes a botellones y los problemas de ruido con los vecinos, o disturbios en discotecas y accidentes de tráfico después de malas noches de "fiesta". Lo que no suele salir en los medios es que este grupo de jóvenes constituye la generación mejor formada de la democracia, que hablan idiomas, que se desplazan al extranjero para alcanzar unas metas que se les niegan en su país de origen, personas sobradamente preparadas para enfrentarse a los acontecimientos, y que sin embargo rara vez tienen oportunidad de demostrarlo. Un grupo que supone un 40% de las personas desempleadas en un país incapaz de acoger mano de obra cualificada, y que se ven obligados a ocupar puestos de otros perfiles profesionales (desplazando por tanto a quienes podrían cubrir estos últimos). Es la llamada sobrecualificación, que últimamente y cada vez más se asocia al infraempleo, mientras los responsables políticos idean alguna fórmula magistral (que nunca llega) para que esto deje de ocurrir.
Esto, que de por sí ya es un drama, no tiene visos de mejorar, sobre todo si miramos a largo plazo, cuando ninguno (o casi) de los que se hayan marchado, estén poco o nada predispuestos a volver. ¿Y qué haremos entonces? ¿De qué sirve invertir en formación si la "recaudación" se la llevan otros? Se supone que entre los 25 y 34 años (aproximadamente) son los años en los que más se rinde, laboralmente hablando, hasta conseguir una estabilidad (acompañada de nacimiento de hijos y demás convenciones). En esta época uno es "explotable", con la motivación de que llegarás a más en un plazo determinado y conseguirás cierta seguridad (que cada vez es más insegura).
Y si esto fuera poco, a ello hay que unir las recientes modificaciones en el sistema de pensiones. Esas "modificaciones sin importancia" que la generación anterior está dispuesta a llevar adelante, pese a quien le pese, rompen conceptos como la igualdad, o los derechos adquiridos. ¿Es que a nadie le importa? Y veremos en las noticias, los próximos días de fusiones de cajas y demás, como se incrementa el número de prejubilaciones forzosas e indignas, mientras otros son condenados si juicio previo. Pero tranquilos, tan sólo nos quedamos con una lectura: que se disparan las matrículas en centros de idiomas. Esto que se ha planteado como algo curioso, no tiene ninguna gracia. Os lo aseguro.
Resulta triste ver como la generación de nuestros padres, que fue capaz de muchos logros que todos reconocemos, tiene una asignatura pendiente para la cual, por el momento, no hay solución. Empezamos a construir la casa por el tejado y ahora nos pasa lo que nos pasa. La juventud es el futuro y hay que cuidarla: ¿qué nos espera sin ellos? Mientras no demos a cada cual el sitio que le corresponde, seguiremos sin entendernos, y esa brecha intergeneracional cada vez se hará más grande: ¿igualdad? ¿justicia?
Ya veremos como avanza el panorama, pero por el momento la cosa pinta regular. Habrá que esperar a que amaine el viento...

De las élites, o de las exclusiones de la vida política y sus consecuencias...

Desde hacía algún tiempo, y tras haber leído un poco sobre el tema, tenía una teoría que se ha visto reforzada en vista de los acontecimientos. Hace muchos años, Pareto, un señor muy inteligente y que casi siempre era el centro de las tertulias de cafetería en la facultad, describía las élites con una minuciosidad que me entusiasmó y me ayudó a analizar lo que ocurría en mi entorno más amplio. Bottomore, Mills o Mosca, cada uno con lo suyo, también contribuyeron a despejar muchas incógnitas. El caso es que todo el mundo sabe qué son las élites y que existen, y se ven! Y aquí esta el asunto: de verdad son visibles? Mi teoría radicaba en que en nuestro sistema jurídico político existía un microsistema, el cual estaba formado por personas (más o menos físicas) que estaban por encima de todo lo mundano, pero que no salen en los periódicos. Algo así como un Bilderberg, pero a la española.
En todos los países hay una serie de políticos que ilustran las portadas de los diarios con noticias del tipo "y tú más" sobre todo últimamente, pero no son ellos quienes manejan el cotarro. ¿O no es cierto que hay personas y poderes que "perduran" a pesar de los cambios de gobiernos? Esta idea se organizó y cobró peso tras devorar otro libro, que recomiendo siempre, "El sistema", de un autor, el cual, a pesar de no compartir algunos de sus postulados, creo muy acertado en este asunto. En el, se explica con detalle como existe una "entidad" superior a todo lo social, político, jurídico y económico, que maneja la conveniencia de unas u otras decisiones, siempre siguiendo un hilo argumental tejido con gran sutileza. Porque la toma de decisiones parece estar en manos de unos pocos, cada vez con más claridad, y éstos construyen lo correcto e incorrecto, lo subvencionable o no, incluso se atreven a edificar una "ética" a la cual aferrarse cuando no hay nada más donde poner un pie. Y esto viene siendo así ya desde la transición democrática.
Siguiendo esta teoría, existen una serie de "entendidos" que guían, controlan y orientan, siempre hacia su propio beneficio, el devenir de una sociedad completa, la cual, con sus carencias y sus fortalezas piensa "borreguilmente" que es dueña de sus destinos, que las élites se "eligen" en las urnas y que éstas "hacen lo mejor para nosotros" (pero sin contar con nosotros, a que os suena eso?). Estas personas, se apropian de ideas que no les corresponden para encumbrar sus cada vez más escasos logros, y justifican la crisis que ellos mismos han provocado, como un fallo de estructura (una estructura construida y desarrollada por ellos). Y siempre tienen a alguien detrás, soplando suave en la oreja.
Esta mañana escuchaba en la radio el abandono de la política de Álvarez Cascos, y las justificaciones que explicaban tal decisión. El caso es que este hecho que atañe a un señor que, personalmente nunca me agradó en exceso, estoy convencida de que tiene una interpretación distinta a la que se está dando, y que tendrá consecuencias que ahora sólo unos pocos podemos ver. Y no es el único caso, porque zancadillas, empujones y demás jugarretas no tienen un único color político. Pasa en todas las familias. Además de que aquello de "los enemigos de mis enemigos son mis amigos" se ha convertido en una máxima que bendice muchas carreras políticas.
La falta de democracia interna en los partidos políticos, las decisiones de las camarillas en cuartos oscuros y la indiferencia ante los votantes y militantes del partido, ya están trayendo consecuencias muy negativas, no sólo para la clase política, sino para toda la sociedad. La falta de implicación, la indiferencia e incluso la no participación en los mecanismos que se organizan para ello, no mejora los posicionamientos, sino todo lo contrario. Si bien estas características de la sociedad actual han sido alimentadas con "carbohidratos acríticos, vitaminas aleccionantes y proteínas de tipo pensamiento único", por las consiguientes legislaciones en materia educativa. Porque a todos ellos, sin excepción, les interesa nuestro desinterés. Y cómo!!!! Siempre fue más cómodo que te paguen por no hacer nada, verdad?
Pero, ¿esto esto tiene cura? ¿Hay remedio para esta situación? La vacuna para muchos de los males que nos afectan, creo que se encuentra en la sociedad civil. Una verdadera articulación de la sociedad ante los abusos y desmanes de los que nos gobiernan con opacidad (y a los cuales se les ha olvidado que están donde están por nosotros) para hacer ver que estamos, contamos y somos importantes. Las mordazas en forma de subvenciones, dádivas, puestos de libre designación y demás "premios", encadenan la libertad, la autocrítica y las propuestas de cambio, de un cambio que siempre es posible.
Cada vez tenemos más razones para reivindicarNOS, sólo nos falta dar el paso...