domingo, 5 de diciembre de 2010

El estado de alarma, o el conflicto laboral no resuelto...

Despierto plácidamente de la siesta de los viernes con la noticia: los controladores aéreos están de huelga encubierta. Y lo primero que una piensa es: "jo*r, esta gente con lo que cobra y se queja continuamente, si estuvieran en mi puesto". El caso es que tras escuchar las noticias en distintas cadenas de televisión, llego a la conclusión de que los diablos existen y estos se dedican a controlar el tráfico aéreo en España. Además de las múltiples intervenciones de afectados que hablan de la falta de solidaridad, de la vanidad de estos profesionales, de sus reivindicaciones desmesuradas, cada vez tengo más claro que esta gente son poco más o menos que Belcebú. Pepiño habla de un decreto que desconozco y que (sospechosamente) entra en vigor el mismo día a partir de las 21.30h, y ahí tengo ya la mosca detrás de la oreja. En esto sale Rubalcaba, hablando de la posibilidad de enviar a los militares, y ya en este momento tengo un mosqueo monumental.
Y da la casualidad de que el mismo día desaparece Muface, y la mayoría de la gente no nos hemos ni "enterao", que se adelanta la reforma del sistema de pensiones para el mes de enero (y yo con estos pelos), pero no. Lo que interesa es que haya gente que no se pueda ir de vacaciones. La masa enfurecida asedia el hotel donde estan reunidos los controladores aéreos. Una señora con el jersey rosa (ávida por irse a algún resort) insulta indiscriminadamente a una persona porque no ocupa su puesto de trabajo, ya que legalmente ha superado las horas establecidas. Y solo les faltan las antorchas y pedir su cabeza al virrey de turno.
Por supuesto, las cadenas de televisión afines al gobierno, demonizando al colectivo de trabajadores, y las menos afines, resaltando la nefasta gestión del ejecutivo. La manipulación de la masa continúa y cada uno acerca el ascua a su sardina y solo les falta pedir sal a los de enfrente.
Vuelve Rubalcaba y va y dice que esto solo se soluciona si se declara el estado de alarma. Y ya me consumen los nervios. ¿El estado de alarma? ¿Pero estamos locos o qué? ¿Pero no es esto un conflicto laboral? ¿Militarización de los aeropuertos? Por supuesto, sobra decir que lamento que la gente no pueda llegar a sus destinos, pero estos órdagos me privan. Momento histórico, sin duda, que próximamente celebremos el cumpleaños de nuestra constitución en este estado. Y yo como de costumbre, pienso que esto no es más que el resultado de la falta de entendimiento entre dos partes. La mala gestión del gobierno, tratando de matar moscas a cañonazos no revela sino su inoperancia, su incapacidad para el diálogo y su talante poco conciliador. Que es necesaria una revisión, claro, pero estoy convencida que ninguno de nosotros trabajaría de manera eficiente con un militar armado sentado a su vera. Y espero que no ocurra ningún accidente, porque ya es lo que nos faltaba.
Y ahora a depurar responsabilidades: aplicación de la ley penal militar, apertura de expedientes administrativos y demás... Pero y las responsabilidades políticas? Esas no se depuran? Ahí no buscamos responsables y los queremos mandar a la hoguera, aún a sabiendas de que esto iba a ocurrir... Porque no nos merecemos un gobierno que mienta, y un presidente que se ha marchado de puente, al cual no le hemos visto el pelo en estas treinta y seis horas... El más beneficiado, por supuesto, el Sr. Rubalcaba, que sigue mostrándole a nuestro Bambi donde se encuentra el cartel de salida.
Yo personalmente, en conflictos entre obrero y patrón, siempre voy con el primero. Estoy ansiosa por escucharles, pero ya llegará su momento..

viernes, 3 de diciembre de 2010

Virgencita, que me quede como estoy? No, gracias...

A veces hay decisiones importantes que hay que tomar con un pequeño margen de tiempo. Elecciones que conllevan riesgos, siempre asumibles, y que se presupone se hacen para cambiar a mejor. Me contaba una amiga de una amiga, que llevaba una semana "flirteando" con otro. Tenia un matrimonio estable (dentro de lo que es posible en un matrimonio), llevaban dos años y pico y parecía que había grandes posibilidades. Pero le faltaba algo. Ella, inconformista por naturaleza, sentía que era poco lo que el mundo le ofrecía y quería más. No estaba dispuesta a que lo más emocionante de su vida fuera colorear sus labios de rojo ruso.
Un día llegó a su oficina, casi una hora más tarde de lo habitual a causa de un atasco, y se lo planteó directamente a su jefe. "Si tienes un momento, me gustaría hablar contigo. Es personal, es urgente y tengo que comentarlo contigo hoy sin falta". Él, con los aires de superioridad que le caracterizaban, puso cara de interesante y le indicó que pasara. Cerró la puerta tras de sí y tomó asiento. "Hace tiempo que vengo pensando que necesito un cambio. Me siento estancada y esta relación laboral no me aporta satisfacción. Mis condiciones no mejoran y tengo una oferta, que me interesa y mucho." Su jefe, asintió con la cabeza, mostrando la empatía que jamás había demostrado antes y sin mirarla a los ojos le comentó: "Es una pena, a partir del mes de enero íbamos a mejorar tus condiciones: cobrarías lo que te corresponde por convenio según tu categoría, trabajarías el total de horas establecidas y ni una más, y pasarías, tras dos años y medio, a la situación de indefinida en la empresa". Ella, sin dudar ni un segundo y de buenas maneras, pero sin evitar añadir cierto toque de ironía comentó: "No lo dudo, pero no me interesa, gracias".
Se levantó de la silla, abrió la puerta con energía y se sintió libre. Llegando al despacho de recursos humanos, simplemente se despidió, ante el asombro (con algo de admiración) de sus compañeros. Cogió sus cosas, dejó su odiada Blackberry, y se marchó, sabiendo que no los echaría de menos, y convencida de sí ocurriría a la inversa. Enfrente del ascensor, esperaba a bajar de las alturas, a la vida real, apretando el botón de planta baja. Una vez salió a la calle, soltó una carcajada y montó en el coche, que estaba por cierto mal aparcado. Encendió el pitillo de la victoria y puso la radio. Y mientras volvía a pintarse los labios con rojo más soviético que nunca sonaba Iron Maiden.

La igualdad aparente o la desigualdad efectiva... Segunda parte

Otra vez me sorprendo leyendo noticias sobre este tema en el periódico. Otra muestra más de que las cosas no se están haciendo con el cuidado que requieren, individualización, por favor! Cada caso es distinto y hay que tratarlo siempre como único. ¿Y el interés del menor? Lamentablemente, éste es el interés que menos interesa, en muchas ocasiones. Intuyo que se trata de otro globo sonda para ver cómo "respiramos", de la necesidad de buscar el titular en el periódico, pero asusta. Poder tomar este tipo de medidas con personas que no han sido condenadas por un juez (que es muy fuerte), creo que raya la ilegalidad y el derecho constitucional a la defensa jurídica. Y otra vez que sólo se menta a LOS, con lo que gusta lo del lenguaje no sexista parece mentira que tengan estos patinazos. Si es que esto es lo malo de tener como ministra a una completa incompetente.
Así luego necesita que la maticen, porque cada vez que abre la boca sube el pan:
Igual que no se juega con las cosas de comer, no se puede jugar con temas tan importantes...