De un tiempo a esta parte, se oye mucho la siguiente frase: "Esto es una vergüenza, pero ¿qué podemos hacer nosotros?".
Siempre he pensado que lo que hace fuerte a una sociedad son las voces de sus integrantes, los acuerdos o las protestas siempre han conllevado DIÁLOGO. Éste se estimula con la propia política, que a su vez se alimenta de esas nuevas ideas, formando estructuras nuevas. Los Estados tienen una estructura que, por innamovible que parezca, se va transformando y adaptándose a esos requerimientos. Porque no le queda otro remedio.miércoles, 23 de marzo de 2011
La conciencia ciudadana, o la falta de participación de los protagonistas...
De un tiempo a esta parte, se oye mucho la siguiente frase: "Esto es una vergüenza, pero ¿qué podemos hacer nosotros?".
Siempre he pensado que lo que hace fuerte a una sociedad son las voces de sus integrantes, los acuerdos o las protestas siempre han conllevado DIÁLOGO. Éste se estimula con la propia política, que a su vez se alimenta de esas nuevas ideas, formando estructuras nuevas. Los Estados tienen una estructura que, por innamovible que parezca, se va transformando y adaptándose a esos requerimientos. Porque no le queda otro remedio.De la energía nuclear, o la dependencia energética...
Hubo un tiempo en el que solía pensar que si las centrales nucleares se construían con todas las garantías, y además reducían la factura a final de mes, podían ser una buena política a nivel de inversiones.
Hubo un tiempo en el que solía pensar que si las grandes empresas que controlan la energía eran buenas, si se apoyaban según que ideas podían hacernos el favor de darnos luz por un precio módico, una energía limpia, segura y controlada. Y por supuesto ellas respetarían los derechos laborales y medioambientales.
Pero, después de lo ocurrido en Fukushima y muchas muchas horas de debate con amigos, compañeros y demás familia, he cambiado de opinión. Y no soy "chaquetera", digamos que he reflexionado y rectificar es de sabios.
Y ya la gota que colma el vaso es el ver el siguiente reportaje, y como occidente sigue explotando y quienes son los que realmente mandan: ni políticos, ni Estados, tan sólo grandes empresas.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-noche-tematica/contrabando-uranio-avance/1051152/http://www.arenglonseguido.net/2011/03/28/%C2%BFnucleares-no-gracias/
Hay muchas cosas que no tengo claras, pero que el mundo en que quiero vivir se parece muy poco a este, eso es una realidad.
¿Guerra sí o guerra no? De la hipocresía de occidente, o la maldición de oriente...
Trato de no ser drástica en un asunto que atañe al bienestar de miles de personas, pero hay cosas en las que creo (y siempre he sido muy razonable) en las que no puede haber medias tintas. Lo de la escala de grises, y no blanco o negro, para algunas cosas (muchísimas) es aplicable, pero en este caso lo veo difícil. Hace poco un señor hacía unas declaraciones en televisión: "Me siento perplejo. Quienes se decían mis amigos ahora dicen que son enemigos míos". Este comentario evidencia como la posición de algunos es más indefinida, frágil y cambiante quel el baile de las hojas mecidas por el viento. Según como convenga, me paso de una orilla a otra del río, no vaya a ser que coja barro en las botas.
Hace poco leí un libro que se llama "Europa y la gente sin historia", en el que se muestra como los que no son europeos están influenciados por los mecanismos y las dinámicas (mercantiles y las que no lo son) de países que no son capaces ni de situar en el mapa. Como todo lo que te rodea te atrapa y te transforma, a veces sin que te des cuenta, y como ello modela tu vida en función de lo que se considera "lo adecuado". Todo lo que esté fuera, está fuera, no existe. O se excluye para que no exista.


