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jueves, 13 de mayo de 2010

La imagen de España en el exterior, o la vergüenza ajena generalizada...

"Han tardado seis años en descubrir que detrás de la sonrisa de Zapatero sólo había un mal gobernante, pero los principales líderes europeos ya conocen al presidente español, al que le dan de lado y consideran un político dañino para España y para Europa. Como consecuencia de ese sentimiento, la “presidencia” española de la Unión está siendo la más deslucida y marginada en toda la Historia de la Europa común.
El gobierno alemán de Ángela Merkel está claramente distanciado de Zapatero, al que frena sistemáticamente sus propuestas; el francés Sarkozy, cautivado en un principio por el optimismo del español, ha dicho “basta”; el también socialista Gordon Brown, primer ministro británico, le teme y cree que la cercanía de Zapatero perjudica su ya decadente carrera como líder laborista; Berlusconi, simplemente, se ríe de su colega español; el presidente permanente belga, Van Rompuy, incapaz de entender al líder español y cansado de sus indefiniciones y trucos, se esconde y no quiere saber nada de él. Los europeos han rechazado todas las iniciativas destacadas que Zapatero ha presentado como presidente de turno, desde sus recetas económicas para afrontar la crisis, hasta sus iniciativas por levantar las sanciones y cautelas de la Europa democrática frente a China y Cuba, sin olvidar el interés especial de Zapatero por abrir a Turquía las puertas de la Unión Europea. La experiencia europea de Zapatero está siendo un calvario y lo peor no ha pasado todavía porque los principales líderes europeos ya le han descalificado y no están dispuestos a soportar sus sandeces. En los pasillos de Bruselas se comenta que Merkel, Sarkozy y otros presidentes europeos están “indignados” por la pésima imagen que Zapatero está dando a Europa como presidente de turno, sobre todo en política exterior, donde es especialmente grave la amistad y apoyo de Zapatero a dictadores sanguinarios como los que aplastan a los pueblos de Cuba, Irán, Venezuela y otros. El primer gran problema en Europa de Zapatero, que se estrenaba como “presidente de turno”, fue el rechazo al proyecto de aprobar un catálogo de sanciones para los Estados miembros que no cumplieran con los objetivos que se fijasen para Europa. Alemania dijo “no” y consideró incoherente que Zapatero pretenda aplicar en Europa lo que ha sido incapaz de aplicar en España. Pero la humillación más hiriente, quizás la peor hecha por Europa a un presidente de turno el toda su historia, tuvo que padecerla Zapatero cuando fue excluido de la negociación del plan de rescate para Grecia y de la foto final, que fue lo que más le dolió. Lo pidió y hasta lo exigió, pero al final aparecieron en público Angela Merkel y el francés Nicolas Sarkozy, con Van Rompuy. Zapatero, visiblemente crispado y con el rostro demacrado por la rabia, tuvo que comparecer solo ante la prensa.
El mas reciente rechazo es el lanzado por numerosas asociaciones civiles europeas contra el “inquietante” documento sobre Internet que la presidencia española de la UE ha remitido a sus socios comunitarios. ¡Nadie quiere la Inquisición española!, grita La Quadrature du Net, que, en un comunicado urgente, denuncia “la deriva oscurantista de la presidencia española” e invita a “oponerse a esta visión extremista y peligrosa”. Joaquín Almunia no oculta su desprecio por el dirigente español en sus conversaciones privadas y en alguna que otra pública. El comisario cree que, bajo Zapatero, la economía española no tiene otra salida que el colapso. Hasta Durao Barroso, hasta hace poco un admirador del socialista español, ya le da la espalda y procura no aparecer a su lado. La última “puñalada” de Europa a Zapatero es reciente: el 25 de febrero la Comisión Europea, ya visiblemente contrariada porque el presidente español no hace caso a los consejos y recomendaciones que le dan las instituciones y los expertos, advirtió que la subida del IVA aprobada por Zapatero será perjudicial y frenará la salida de la crisis en España. En España, un ZP aislado y terco como una mula, continúa avanzando hacia el abismo y llevando a su pueblo hacia el desastre, acompañado por un PSOE esclavizado y tan adicto al poder que parece dispuesto a sacrificar todo, incluyendo a la propia España, con tal de no dar el brazo a torcer y desprenderse del inepto que malgobierna la nave. Los españoles, sometidos a un “régimen” que ya no consideran que sea una democracia, se sienten frustrados, sin confianza en el liderazgo, con miedo al futuro, presos del sistema y sin capacidad para lograr que Zapatero dimita y convoque elecciones anticipadas, como debería hacer si tuviera dignidad. Internacionalmente aislado, Zapatero es también rechazado por un Obama al que le preocupa la pérdida de credibilidad del dirigente español. El presidente mulato de los Estados Unidos de América, antes admirado como un “dios progresista”, ya empieza a ser criticado entre los asesores de la Moncloa, mientras Zapatero sigue manteniendo la tesis suicida de que solo él tiene razón y que todos los demás están equivocados. Sus únicos amigos en esta terrible coyuntura son los sindicatos, el degradado y sometido PSOE, la legión de los colocados y paniaguados que esquilman a diario las ubres del Estado y la multitud de fanáticos que la izquierda española ha reclutado en sus filas, tan cargados de odio contra la derecha que son incapaces de cuestionar a los suyos aunque hundan el país."
Se trata este de un artículo publicado en el blog de Francisco Rubiales, 4 marzo 2010.
Pincha en el enlace para ver el post original.

http://www.votoenblanco.com/Europa-da-la-espalda-a-Zapatero_a3541.html

martes, 15 de diciembre de 2009

Aminetu y el resbalón de Moratinos, o de como España mira para otro lado y Marruecos se frota las manos...

"Tanto va el cántaro a la fuente, que se acaba rompiendo"
Estas sabias palabras del refranero castellano (o español) vienen que ni pintadas para la situación que ha saltado de nuevo a los medios estas últimas semanas. Y el caso es que ahora "salta", pero lleva ahí, manifiestamente latente, muchos tiempo. Demasiados años llevamos ya con la historia a cuestas. Y es que España nunca ha tenido claras muchas cosas, pero en lo que se refiere a sus relaciones internacionales, en general, y el asunto del Sáhara Occidental, en particular, menos todavía. Las relaciones internacionales per sé, implican un posicionamiento, una elección entre dos alternativas. Alternativas que hay que evaluar, y que medir sus consecuencias, tanto para lo bueno como para lo malo que de ellas pueda derivarse. España siempre ha confundido las relaciones exteriores con el derecho internacional. Me explico: éste último se refiere a "cómo deberían de ser las cosas" o el margen entre el cual deben moverse las relaciones internacionales, pero no corresponde a una política internacional en sí misma. El caso español es paradigmático en este ámbito, siendo un claro ejemplo del "no posicionamiento", de vivir en los "mundos de Yupi" y de pensar en cómo las cosas deberían ser, en lugar de verlas tal y como son.
Un ejemplo: hace 40 años, las relaciones exteriores españolas con el mundo árabe (Argelia, Egipto, Jordania..) se encontraban con buena salud, cosa que cambió radicalmente con el reconocimiento del estado de Israel (porque todo posicionamiento implica una renuncia), y todo porque preferimos estar del lado de "los fuertes", lo que concluyó con la entrada en la UE (porque las relaciones exteriores son también "lo que puedo sacar de mis amigos"). Desde el mandato de la ONU que obliga a un referendum en el caso del Sáhara Occidental, el papel de España se caracteriza por la omisión frente a la acción, y a la timidez frente a la determinación. Durante este tiempo (porque la historia es lo que tiene, que las cosas confluyen), y sobre todo desde el año 1975, Marruecos fortalece sus relaciones con Francia, en el eje europeo, y con USA, en el eje atlántico, manteniendo sus pretensiones sobre el Sáhara Occidental, al contrario que en el caso de Mauritania, que se quita de enmedio, porque son más los "contras" que los "pros". Y yo me pregunto: aparte de las pretensiones de Marruecos, de que España "no se decida a decidirse", ¿es que vamos a seguir haciendo "nada"? ¿Acaso no está claro que esta "política" no ha conducido a una solución del problema? ¿No es hora ya de "poner pie en pared" o de remangarse para empezar a "construir" en lugar de mirar hacia otro lado? La responsabilidad moral de España es clara, pero aún podemos hacer "algo", antes de que el problema vaya a más (que todavía es posible, aunque parezca increible). Y justo con esta idea en la cabeza, cuando ya imagino una cumbre hispanomarroquí, cuando nos veo como interlocutores directos con USA y Francia, exponiendo frente a Marruecos la necesidad de que deponga su actitud, cuando parece que los derechos humanos empiezan a prevalecer sobre los intereses nacionales, y se puede empezar a ver la luz al final del túnel.. en ese preciso momento, resulta que el asunto "salta" otra vez en la radio, anunciando la aparición en escena de USA, en la persona de Hillary (porque realmente la situación podía empeorar, y vamos si lo ha hecho). Y a mí va y me entra el "canguelo". Y trato de ver más allá, de valorar la cuestión con amplitud (eso que hacen los ministros de exteriores, o al menos algunos de ellos) y pienso (luego existo, que diría aquel): en la soledad del Frente Polisario, en los disidentes políticos (como Aminetu), en la deportación encubierta, en el "coladero" que es España cuando interesa a "algunos" (porque sin pasaporte no suelen dejarte viajar), en los miles de refugiados de Tindouf, en Moratinos y su amistad con el Rey de Marruecos, en USA o Hillary como mediador en el conflicto, en la imagen de España en el extranjero, en las minas de fosfato y en los bancos de pesca, en los intereses de propios y extraños.. y en que siempre, los principales perjudicados son los más vulnerables. Y ahora, tirando de pesimismo prestado de un viejo amigo, no puedo evitar pensar en USA y Francia junto a Marruecos, proveyéndole de "material" para finalmente conseguir su objetivo: el exterminio del pueblo saharaui. Y la pregunta es: ¿qué haremos nosotros?