domingo, 5 de diciembre de 2010

El estado de alarma, o el conflicto laboral no resuelto...

Despierto plácidamente de la siesta de los viernes con la noticia: los controladores aéreos están de huelga encubierta. Y lo primero que una piensa es: "jo*r, esta gente con lo que cobra y se queja continuamente, si estuvieran en mi puesto". El caso es que tras escuchar las noticias en distintas cadenas de televisión, llego a la conclusión de que los diablos existen y estos se dedican a controlar el tráfico aéreo en España. Además de las múltiples intervenciones de afectados que hablan de la falta de solidaridad, de la vanidad de estos profesionales, de sus reivindicaciones desmesuradas, cada vez tengo más claro que esta gente son poco más o menos que Belcebú. Pepiño habla de un decreto que desconozco y que (sospechosamente) entra en vigor el mismo día a partir de las 21.30h, y ahí tengo ya la mosca detrás de la oreja. En esto sale Rubalcaba, hablando de la posibilidad de enviar a los militares, y ya en este momento tengo un mosqueo monumental.
Y da la casualidad de que el mismo día desaparece Muface, y la mayoría de la gente no nos hemos ni "enterao", que se adelanta la reforma del sistema de pensiones para el mes de enero (y yo con estos pelos), pero no. Lo que interesa es que haya gente que no se pueda ir de vacaciones. La masa enfurecida asedia el hotel donde estan reunidos los controladores aéreos. Una señora con el jersey rosa (ávida por irse a algún resort) insulta indiscriminadamente a una persona porque no ocupa su puesto de trabajo, ya que legalmente ha superado las horas establecidas. Y solo les faltan las antorchas y pedir su cabeza al virrey de turno.
Por supuesto, las cadenas de televisión afines al gobierno, demonizando al colectivo de trabajadores, y las menos afines, resaltando la nefasta gestión del ejecutivo. La manipulación de la masa continúa y cada uno acerca el ascua a su sardina y solo les falta pedir sal a los de enfrente.
Vuelve Rubalcaba y va y dice que esto solo se soluciona si se declara el estado de alarma. Y ya me consumen los nervios. ¿El estado de alarma? ¿Pero estamos locos o qué? ¿Pero no es esto un conflicto laboral? ¿Militarización de los aeropuertos? Por supuesto, sobra decir que lamento que la gente no pueda llegar a sus destinos, pero estos órdagos me privan. Momento histórico, sin duda, que próximamente celebremos el cumpleaños de nuestra constitución en este estado. Y yo como de costumbre, pienso que esto no es más que el resultado de la falta de entendimiento entre dos partes. La mala gestión del gobierno, tratando de matar moscas a cañonazos no revela sino su inoperancia, su incapacidad para el diálogo y su talante poco conciliador. Que es necesaria una revisión, claro, pero estoy convencida que ninguno de nosotros trabajaría de manera eficiente con un militar armado sentado a su vera. Y espero que no ocurra ningún accidente, porque ya es lo que nos faltaba.
Y ahora a depurar responsabilidades: aplicación de la ley penal militar, apertura de expedientes administrativos y demás... Pero y las responsabilidades políticas? Esas no se depuran? Ahí no buscamos responsables y los queremos mandar a la hoguera, aún a sabiendas de que esto iba a ocurrir... Porque no nos merecemos un gobierno que mienta, y un presidente que se ha marchado de puente, al cual no le hemos visto el pelo en estas treinta y seis horas... El más beneficiado, por supuesto, el Sr. Rubalcaba, que sigue mostrándole a nuestro Bambi donde se encuentra el cartel de salida.
Yo personalmente, en conflictos entre obrero y patrón, siempre voy con el primero. Estoy ansiosa por escucharles, pero ya llegará su momento..

viernes, 3 de diciembre de 2010

Virgencita, que me quede como estoy? No, gracias...

A veces hay decisiones importantes que hay que tomar con un pequeño margen de tiempo. Elecciones que conllevan riesgos, siempre asumibles, y que se presupone se hacen para cambiar a mejor. Me contaba una amiga de una amiga, que llevaba una semana "flirteando" con otro. Tenia un matrimonio estable (dentro de lo que es posible en un matrimonio), llevaban dos años y pico y parecía que había grandes posibilidades. Pero le faltaba algo. Ella, inconformista por naturaleza, sentía que era poco lo que el mundo le ofrecía y quería más. No estaba dispuesta a que lo más emocionante de su vida fuera colorear sus labios de rojo ruso.
Un día llegó a su oficina, casi una hora más tarde de lo habitual a causa de un atasco, y se lo planteó directamente a su jefe. "Si tienes un momento, me gustaría hablar contigo. Es personal, es urgente y tengo que comentarlo contigo hoy sin falta". Él, con los aires de superioridad que le caracterizaban, puso cara de interesante y le indicó que pasara. Cerró la puerta tras de sí y tomó asiento. "Hace tiempo que vengo pensando que necesito un cambio. Me siento estancada y esta relación laboral no me aporta satisfacción. Mis condiciones no mejoran y tengo una oferta, que me interesa y mucho." Su jefe, asintió con la cabeza, mostrando la empatía que jamás había demostrado antes y sin mirarla a los ojos le comentó: "Es una pena, a partir del mes de enero íbamos a mejorar tus condiciones: cobrarías lo que te corresponde por convenio según tu categoría, trabajarías el total de horas establecidas y ni una más, y pasarías, tras dos años y medio, a la situación de indefinida en la empresa". Ella, sin dudar ni un segundo y de buenas maneras, pero sin evitar añadir cierto toque de ironía comentó: "No lo dudo, pero no me interesa, gracias".
Se levantó de la silla, abrió la puerta con energía y se sintió libre. Llegando al despacho de recursos humanos, simplemente se despidió, ante el asombro (con algo de admiración) de sus compañeros. Cogió sus cosas, dejó su odiada Blackberry, y se marchó, sabiendo que no los echaría de menos, y convencida de sí ocurriría a la inversa. Enfrente del ascensor, esperaba a bajar de las alturas, a la vida real, apretando el botón de planta baja. Una vez salió a la calle, soltó una carcajada y montó en el coche, que estaba por cierto mal aparcado. Encendió el pitillo de la victoria y puso la radio. Y mientras volvía a pintarse los labios con rojo más soviético que nunca sonaba Iron Maiden.

La igualdad aparente o la desigualdad efectiva... Segunda parte

Otra vez me sorprendo leyendo noticias sobre este tema en el periódico. Otra muestra más de que las cosas no se están haciendo con el cuidado que requieren, individualización, por favor! Cada caso es distinto y hay que tratarlo siempre como único. ¿Y el interés del menor? Lamentablemente, éste es el interés que menos interesa, en muchas ocasiones. Intuyo que se trata de otro globo sonda para ver cómo "respiramos", de la necesidad de buscar el titular en el periódico, pero asusta. Poder tomar este tipo de medidas con personas que no han sido condenadas por un juez (que es muy fuerte), creo que raya la ilegalidad y el derecho constitucional a la defensa jurídica. Y otra vez que sólo se menta a LOS, con lo que gusta lo del lenguaje no sexista parece mentira que tengan estos patinazos. Si es que esto es lo malo de tener como ministra a una completa incompetente.
Así luego necesita que la maticen, porque cada vez que abre la boca sube el pan:
Igual que no se juega con las cosas de comer, no se puede jugar con temas tan importantes...

jueves, 11 de noviembre de 2010

30

"El tiempo es una lluvia paciente y amarilla que apaga poco a poco los fuegos más violentos".
J. Llamazares

sábado, 30 de octubre de 2010

La intolerancia de algunos, o la falta de pensamiento democrático..

Según la RAE: Intolerancia: Falta de tolerancia. Tolerancia: Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. Leo en las noticias algo sorprendente, y por desgracia, cada vez más habitual:

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/21/madrid/1287671347.html

Creo que en este último tiempo, el umbral de tolerancia ante según qué hechos se ha elevado hasta cotas preocupantes, que cuando nos encontramos con una situación de especial gravedad, tendemos inconscientemente a no darle la importancia que merece, calificando estos hechos, de manera completamente errónea, como "ejercicio de la libertad de expresión" (cuando quienes lo dicen dudo mucho hayan leido un libro en su vida). Mi libertad termina donde empieza la del otro. Aunque esto último, éstos lo desconocen. Los mismos que proclaman libertades y las coartan; los mismos que abuchean y pisotean la democracia, y todos y cada uno de los principios por los que lucharon nuestros padres y abuelos; los mismos que no merecen su ejercicio, y coartan el de los demás. Para todos ellos, mi absoluto rechazo.

Los conflictos intergeneracionales, o la ley del embudo... Primera parte.

El autobús iba lleno hasta la bandera. Llegaba tarde a mi clase de alemán un martes por la tarde. Un martes como otro cualquiera. Ocupaba un asiento en la parte trasera, cerca del motor, no por el interés particular de tener una visión amplia, que también, sino por el calor que desprendía el cansado aparato, harto, digo yo, de no poder huir de la ruta establecida.
En una de sus constantes paradas y tras haber mirado mi reloj unas quince veces en los últimos cinco minutos, se subió una señora, recién salida de la peluquería. Con el pelo cardado hacia arriba, tipo nido de cigüeña, un collar de perlas tan grandes como auténticos globos oculares y muy bien abrigada con un foulard de piel, de bicho de los de verdad. Como pudo se hizo hueco entre empujones y algún que otro pisotón, avanzando sin piedad por encima (literalmente) de cualquiera que se pusiera en su camino. Cuando hubo llegado a la plataforma central, dirigió una mirada a una chica joven, de unos 20 años que permanecía sentada en un asiento de los reservados. Se había quitado el abrigo y lo llevaba sobre su regazo, junto con un sobre grande que parecía ser una radiografía. Se colocó a su lado, de pie, y la miró fijamente de nuevo, de arriba a abajo, como inspeccionando su capacidad para estar ocupando un asiento que estaba claro ella entendía que no le correspondía. Nos deleitó a todos con una amplia variedad de suspiros, amén de algún otro comentario quejicoso sobre el transporte público y sus virtudes.
Al salir de un semáforo, el conductor tuvo que pisar el freno de improviso, pues un ciclista un tanto despistado se había saltado la prohibición de no pasar, lo que provocó algún que otro grito, sin la mayor importancia, pero sobre todo cierto sobresalto y un murmullo intenso sobre las cualidades deficientes del autobusero. La señora dirigió de nuevo su mirada de reprobación sobre la chiquilla, la cual respondía sin hacer el menor caso, y resoplaba. Por fin dijo algo: "es que estos jóvenes de ahora no tienen educación", en voz alta y clara, supongo que para ver si alguien se daba por aludido. La chica no respondió, y en general se hizo un silencio un tanto incómodo. En esto, un caballero muy bien vestido se levantó de su sitio y le indicó para que lo ocupara ella. Por fin había logrado su objetivo. No habían pasado ni cinco minutos cuando la chica elevó suavemente su brazo buscando el botón de parada. Estábamos llegando al hospital general. Cuando el autobús se detuvo frente a la parada, abrió las puertas y la chica, lentamente, retiró su abrigo del regazo, se incorporó con cierta dificultad y se acercó a la salida. En ese momento se hizo visible su estado de buena esperanza, más que avanzado a tenor del volumen de su cintura. Al iniciar el camino de peldaños hacia la calle, la chica giró el rostro hacia la señora para dedicarle un "que tenga usted un buen viaje". Las puertas se cerrarón bruscamente tras ella, e inmediatamente, la señora trató de justificarse frente a todas las miradas acusadoras de los demás viajeros. Incluso hubo uno de ellos que le preguntó directamente: "¿puede decirme, si tiene la bondad, quien demonios no tiene educación?
Llegué tarde a mi clase, pero el trayecto fue ciertamente inspirador.

domingo, 10 de octubre de 2010

El fondo del estanque, o los seres extraordinarios...

Sens au coeur de la nuit l'onde d'espoir, ardeur de la vie sentier de glorie...

viernes, 3 de septiembre de 2010

miércoles, 1 de septiembre de 2010

lunes, 30 de agosto de 2010

La incapacidad para ser feliz, o la valoración de las cosas pequeñas...

Se calzó las zapatillas de paseo, se armó el pelo con dos trenzas y tomó aire antes de salir de casa. El calor era desolador, aunque ya eran más de las nueve de la noche. El verano no perdona, pero los hábitos son más fuertes. El termómetro de la esquina marcaba con timidez 36º, aunque la sensación térmica era de unos 4º más y la humedad en el ambiente convertía a la ciudad en una nueva provincia del trópico de cáncer. Caminaba con su "amor" de la correa por la avenida, cuando, llegando a la fuente "del más allá", aparecieron dos mujeres, de unos treinta años. Parecía que hubieran salido a hacer footing (correr, nada más lejos) aunque era obvio que habían cambiado de planes. Ambas con ropa deportiva, iban conversando. Una de ellas llevaba un "kleenex" en las manos y se veía claramente que lloraba a lágrima viva, a pesar de que su amiga tratara de consolarla. "Tienes un novio que te quiere, un trabajo fijo, una casa preciosa, una familia que te apoya y muchos amigos que están pendientes de ti" decía. "¿Cómo puedes decir que no eres feliz? Eres tan egoísta".

Coincidieron en el paso de peatones. Estaba rojo. El tráfico era intenso a esas horas, parecía que todos tenían ganas de llegar por fin a sus casas (o de salir de ellas, nunca se sabe). Se puso verde, y tras cruzar la calle, se separaron sus caminos, unidos tan sólo por un paso de cebra. Las dos amigas se dirigieron hacia la izquierda, mientras la chica de las trenzas permaneció quieta. Miró a uno y otro lado, pensativa, como no teniendo claro cuál sería el próximo de sus pasos. Supongo que la conversación entre ambas amigas le hizo reflexionar. Finalmente, se sentó en un banco, frente a un edificio de unas catorce plantas, a descansar. El cielo estaba plomizo, avisando tormenta, y las primeras estrellas competían con las luces de las oficinas en las que aún quedaba gente. A lo lejos, el tono rosado daba paso al morado más intenso que anunciaba ya el final del día. La luna, llena y radiante, simulaba ser una bombilla de bajo consumo, jugando primero con luz tenue que pasaba a ser, casi cada minuto, un poco más brillante. De repente, volvió la esquina un señor, de unos 60 años. Pelo canoso, gafas de pasta y chanclas con velcro. Iba solo, con un transistor en la mano y sin auriculares. Se acercó al banco y se sentó. No habían pasado ni dos minutos, cuando se dirigió a la chica de las trenzas: “Bonito, verdad? Pues espera a ver en tres minutos.” le dijo con cierto aire de superioridad, mientras miraba su reloj de pulsera. Ella le miró con algo de recelo, levantó las cejas y no dijo nada. Poco a poco, las luces de la fuente se fueron encendiendo. Eran amarillas, tenues, tratando de situar pero no deslumbrar. Empezaron una a una, y cuando todas ellas estaban listas, del centro de la fuente surgió una luz azul más intensa, que se desvanecía al tiempo que otras iban apareciendo. Morado, rosa, rojo, naranja, amarillo, verde, azul… Bailaban en la fuente como con banda sonora que nadie más escuchaba. En un par de minutos todo acabó, dando paso de nuevo a las luces amarillas. Al fondo la luna, brillante y vigilante y alguna que otra estrella que salpicaba un azul oscuro casi negro. De aquella, era ya noche cerrada. “Ya lo sabía” murmuró ella. Ambos se levantaron del banco y ya se iban, cada uno en una dirección, cuando él se giró y comentó: “Considérate afortunada, porque todos tenemos ojos, pero sólo unos pocos pueden valorar lo que hemos visto”. Se dio media vuelta y se marchó.

miércoles, 25 de agosto de 2010

De la justicia, o del resarcimiento de las víctimas...

Es obvio que toda acción (u omisión) conlleva consecuencias. En nuestras propias vidas lo contemplamos a menudo, cuando cada minuto es necesario realizar una elección (y el mero hecho de no elegir, ya es una decisión en sí misma). Decantarse por una u otra alternativa trae consigo el acierto, o el error y el consiguiente aprendizaje (better luck next time, como suele decirse).
La misma aplicación puede hacerse cuando hablamos de la comisión de un delito. Se trata de un hecho que esta sancionado socialmente y provoca diferentes niveles de rechazo y alarma social. Así, según nuestra legislación, está "feo" robar, cometer fraudes, pegar a otra persona o causarle cualquier tipo de daño, matar...
Cuando una persona comete un delito, en primer lugar se reconoce públicamente que el hecho en sí es algo punible (que implica un castigo) por la sociedad. En segundo lugar se lleva a cabo un juicio, en el cual se demuestra si el hecho fue o no y aparece aquí la "evaluación del arrepentimiento". Éste, por definición, implica que uno conoce que sus actos han sido erróneos y su disposición a enmendarlos (y no repetirlos, claro). Por último, el juez aplica el castigo correspondiente, siempre según la legislación vigente, no lo olvidemos.
Se dice se comenta que la justicia (o su percepción) es el pilar fundamental de las sociedades, algo sin lo cual no es posible el progreso. Su monopolio por parte del estado, es algo que todos damos por hecho, por el mero "idem" de pertenecer a una comunidad. Personalmente estoy completamente de acuerdo con esta afirmación, pues de otro modo es materialmente imposible, primero el reconocimiento de los derechos de las personas, y segundo su libre y sano ejercicio. Las reacciones ante las injusticias son universales y reflejan sentimientos de imcomprensión, miedo, ira y "fiebre de venganza". El "ojo por ojo", tan prácticado en algunas civilizaciones durante largo tiempo.
Sin embargo, son muchos los casos (aquellos que provocan gran alarma social) en los cuales se provoca un desajuste entre el daño causado y la pena impuesta. Casos en los que las víctimas de los delitos no sienten que se haya "hecho justicia con ellos". Así crece el sentimiento de inseguridad (muy muy peligroso en sociedades amplias y complejas como las nuestras) que puede traer consigo consecuencias poco deseables. Siempre he pensado que la percepción de "seguridad" es algo muy muy difuso y que conlleva muchos matices, pero en este caso creo que está claro como el agua. Un caso que me viene a la memoria es el de una mujer gitana que asesinó con un cuchillo a su marido, el cual la maltrataba desde hacía años. Ella ingresó en prisión, pero finalmente fue absuelta. O en Australia, donde una mujer que sufría abusos desde los 14 años por parte de su padre, lo decapitó y desmembró con una sierra. Allí se aplicó el principio de "nolle prosequi" y ni siquiera llegó a ser juzgada. Para muestra, dos botones.
Se cuestiona la labor de los jueces, su interpretación de las leyes. No estoy de acuerdo. Un juez es un mero "aplicador de leyes y dispensador de castigos" (con todos mis respetos, que no es mi intención ofender a sus señorías), los cuales se acuerdan y determinan en las leyes, en este caso el código penal, que es aprobado en el hemiciclo ("Uy, si? no me digas?"). Creo en la reinserción de los presos, soy una ferviente defensora de aquello de "un error no puede condicionar tu vida para siempre", pero hay errores y errores. No puede compararse la venta de estupefacientes, los robos o un fraude fiscal, con quitar la vida a otro ser humano, en ningún caso. Y mucho menos cuando el crimen está "aderezado" con sadismo y ensañamiento.
¿Qué hacemos cuando no existe resarcimiento en las víctimas? ¿Qué hacemos cuando las penas no se adecúan a los delitos cometidos? ¿Podría justificarse que ante estas divergencias las víctimas se tomaran la justicia por su mano?
Hoy mismo se publicaba que un "ex-asesino", ha vuelto a delinquir, por quinta vez. Y hay quien diría que no sé de qué nos extrañamos, porque de "seres irracionales, actos irracionales", pero... creo que el tema es, por lo menos, para reflexionar. Tenemos un problema, y serio.

viernes, 30 de julio de 2010

El camino de la plata, o las ganas de volar..

"estaré disfrutando a sorbitos la luna llena.." Felices vacaciones! :D

miércoles, 28 de julio de 2010

La igualdad ante la ley, o esa tupida nube de humo que no deja ver con claridad...

Llevo unas semanas pensando en publicar algo sobre el Estatut y la decisión del Tribunal Constitucional. No me he atrevido, hasta ahora. Gente que sabe mucho más que yo ya lo ha hecho, curiosamente unos con más éxito que otros. Buceando en internet, como digo, he encontrado muchos artículos al respecto, pero quizá este resume y comparte, en general, mi opinión. Como persona interesada en el Derecho, empezó como una obligación y ha terminado convirtiéndose siempre en el primer paso ante una intervención, creo que es importante para enmarcar posiciones. Además mantiene mi confianza en el ser humano (como especie más o menos evolucionada, según el caso) el ver que hay personas que fundamentan su opinión en la ley (y, por qué no decirlo, que conocen el Art. 155 de la Constitución!!!). Empezaba ya a cansarme de tertulias y debates vacíos (de uno y otro bando), además de apropiaciones indebidas de identidades, "seres y sentires" y demás, sobre los cuales, desde mi punto de vista, no es sostenible una ilegalidad.
Teniendo esto en cuenta, y siendo plenamente consciente de lo que se ha conseguido (o no) con la sentencia del TC, y la posterior actitud del presidente del gobierno, con su "no te preocupes, que esto está hecho", os invito a leer el siguiente artículo de Ángel Fernández. No siempre estoy de acuerdo con sus planteamientos (lo que por otra parte es un ejercicio de salud, equilibrio y democracia), pero se trata este de un escrito magnífico:
A disfrutarlo!

lunes, 26 de julio de 2010

La juventud revolucionaria, o de medios y fines..

Conocí a Sebastièn hace diez años. Hijo de inmigrantes españoles, nació en La Courneuve, una pequeña villa cerca de Saint-Denis. Desde niño le gustaba la música. Tenía una extraña facilidad para la composición musical, aunque también contaba con una buena mano para el dibujo y la pintura. Su profesora de piano, mademoiselle Camille, siempre le decía que, con dedicación, podría convertirse en una gran figura. "La victoire appartient à plus de perseverant" era la frase con la que terminaba todas y cada una de las clases. Pero la tenacidad no era una de sus virtudes. Perdía el interés con mucha facilidad. Era una persona muy volátil, por lo que alternaba trabajos que no requerían cualificación a media jornada, con su faceta de trovador, aventurero y sinvergüenza.

Colaboraba eventualmente en un sindicato, la Confederación Francesa del Trabajo (CFDT), y llevaba con orgullo el poseer un desmedido sentido de la justicia. Su mejor amigo, Jean Luc, fue quien le introdujo en ese mundo, pues era precisamente esto último lo que tenían en común. Él compaginaba sus estudios de doctorado en Sociología en la Université Vincennes de Saint-Denis, con un trabajo a media jornada como contable en una tintorería. Sus padres, de origen belga, vivian en el sur del país, en una casa de campo cerca de Toulouse, de la que el se marchó apenas hubo cumplido los 18 años. Estuvo en Barcelona, en Hyères, en Génova, Milán, Basel, Aachen, Rotterdam y Rouen, para terminar en Saint-Denis catorce años después. Su madre solía decirle, al tiempo que movía el dedo índice en signo de reprobación: "Tu avais besoin de te trouver tant à toi même que tu as terminé dans le point de départ". Obviamente, ambas eran personas completamente opuestas lo que hacía que tuviesen una relación más bien distante.

Esa misma mañana de lunes, amanecía como cada día, con las noticias de la RFI y en ambos la cara de sorpresa por las últimas declaraciones del primer ministro, anunciando la creación del CPE. Durante las dos semanas siguientes, estuvieron participando en la organización de distintos actos de protesta, los cuales se sucedían uno tras otro, con el apoyo de multitud de entidades, mientras Sebastièn, en sus ratos libres, le ayudaba con el diseño de las pancartas para las manifestaciones. Se acercaba el gran día.

Y por fin, llegó. El 7 de Febrero, Sebastièn y Jean Luc marchaban detrás de sus pancartas, convencidos de que otra forma de hacer las cosas era (y es) posible. Alrededor de 400.000 personas se unieron a la concentración, personas que pensaban lo mismo, al menos sobre este asunto. Ambos estaban orgullosos, pues la concentración había sido tal como se había diseñado: contundencia en el discurso, cero disturbios. Era un buen comienzo.

Ante la negativa a retirar el CPE, continuaron las manifestaciones. Éstas, parcialmente desvirtuadas y sin contar con el objetivo claramente marcado, se volvieron violentas y fueron vías de escape para otras frustraciones. Así, el 24 de Marzo, Sebastièn y Jean Luc, iban con el mismo entusiasmo que la primera vez, y con el mismo objetivo. Según avanzaban por la Rue de Constantine, Jean Luc se sintió extraño. Demasiada gente y demasiado ruido. Tomó por el brazo a Sebastièn y le dijo: "Algo no va bien. Espera." Había muchos medios, nacionales e internacionales y todos ellos estaban frente al Museo de Historia Contemporánea. Cuando doblaron la esquina para embocar la Rue de Grenelle, Jean Luc se fijó en una fotógrafa. Rubia, alta y bien parecida. Pero no fue eso lo que le llamó la atención. Un grupo de personas se dirigieron hacia donde ella estaba, junto con otros compañeros. Del grupo salió de pronto un hombre corpulento, que le agarró la cámara que llevaba colgada al cuello, y la tiró al suelo. La masa gritaba de un modo ensordecedor y parecía haber enloquecido. Chavales con mascarillas anti-gas arrojaban cóckteles molotov a todo lo que encontraban a su paso. Encapuchados y ocultando el rostro, se enfrentaban a los antidisturbios armados con palos y restos de señales de tráfico. Sebastièn, al ver aquello se dirigió inmediatamente a ayudar a la periodista, pero Jean Luc se lo impidió. "Tenemos que irnos de aquí, como sigan así ya verás de qué forma va a responder la policía.".

Sebastièn se sentía culpable. El no haber podido ayudar a la periodista pesaba en su conciencia, pero aún más el ver como algunos compañeros perdían los papeles (y de qué forma). Cuando llegaron a casa, la televisión calificaba de "masa incontrolada y violenta" la protesta pacífica que habían ayudado a organizar durante las últimas semanas. "¿Qué ha pasado, Jean Luc? ¿A qué ha venido todo eso?". Jean Luc, cabizbajo, liaba un cigarro. No dijo nada. Al final de la jornada, los telediarios mostraron lo que había ocurrido: 60 personas heridas y 420 detenidas.

Pasaron tres semanas hasta el anuncio oficial del primer ministro sobre la retirada del CPE. Argumentó para ello "la amenaza a la seguridad" y lamentó que no se "hubiera entendido" su propuesta. Ese mismo día, Sebastièn y Jean Luc tomaban unas cervezas en un bar cercano a Vielle-du-Temple. Algo había cambiado, ambos estaban pensativos (más de lo habitual). Habían conseguido el objetivo, pero no del modo que hubieran pretendido. Y el hecho en sí, marcó sus vidas más de lo que ninguno de ellos hubiera imaginado.

Jean Luc ya no colabora con el sindicato. Ahora se dedica principalmente a temas de inmigración a través de asociaciones y movimientos ciudadanos en acciones de sensibilización contra la violencia. Sebastién abandonó el país. Ahora vive y trabaja en Menorca, cerca de Cala Pregonda, sriviendo "mojitos revolucionarios", pero siempre en son de paz.

viernes, 23 de julio de 2010

La vida se abre camino, o del crecimiento natural acompasado...

Son amigas desde hace años. Un día como otro cualquiera, quedaron para verse en una cafetería, a pesar de que ninguna de ellas toma café. Supongo que quedar en estos sitios es simplemente una excusa para una charla entretenida y unas cuantas horas de novedades, independientemente de lo que decidas tomar. Dos "poleos" más tarde, y casi sin poder aguantar más con el secreto, ella contó la gran noticia: "voy a ser mamá". Besos, abrazos y varios lagrimones después, comenzaron a imaginar sus vidas: cambios y más cambios. Etapas que terminan y otras nuevas, apasionantes, que empiezan.
Después de aquello las visitas se hicieron aún más habituales, por aquello de "comprobar" la evolución del crecimiento abdominal (jaja) que por el momento era lento, muy lento. Sería quizá la inquietud de ver los resultados lo que hacía que pareciera que todo fuera como siempre, pero sin serlo. Los efectos secundarios, en todo su amplio abanico, exceptuando los antojos (siempre he pensado que se trata de una invención). Quizá el más habitual, la somnolencia. Pero todo superable y superado.
De esto hace ya veintiseis semanas (porque desde entonces el tiempo ya no se mide en meses). Quedaron de nuevo en la misma cafetería. Esta vez tomaron zumo natural. Hacía algo más de 8 semanas que no se veían, pero nada había cambiado. Nada, salvo el abdomen de la futura mamá. Y allí estaba ella, con su mirada de siempre, pero más calmada. Sin maquillaje, transparente. Siempre he oído que "las embarazadas" tienen un algo distinto y, la verdad, nunca me había parado a pensar en ello, quizá porque nunca lo he percibido. Pero ella tenía una luz especial; transmitía una paz que impregnaba cada espacio y su magnetismo atraía todas las miradas.
Después de varios vasos de agua fría (sin hielo) y algún que otro "cierre la puerta, por favor", se sentía algo mareada. Recostada en el sillón, puso los pies en alto, mientras su amiga, algo asustada, improvisó un abanico de papel que era más una buena intención que un instrumento efectivo. Pasados unos minutos, su semblante mejoró recobrando el colorete en las mejillas. De repente, dió una gran carcajada y acercó su mano a la de su amiga, colocándola con suavidad sobre la tripa. Y allí estaba. Al principio leves burbujas y después un suave coscorrón, seguido de otros más escuetos. Ambas se miraron y sonrieron. Las futuras mamás se acostumbran a esas cosas, pero para su amiga era distinto. Su cara reflejaba la ilusión y el entusiasmo de todas las primeras veces. Nunca antes había tenido oportunidad de percibir esa sensación y le sudaban las manos a causa de los nervios. Temblorosa y emocionada, miraba a su amiga con admiración, suponiéndola parte necesaria para obrar el milagro. También con agradecimiento, por compartir con ella momentos tan únicos. Tras eso, ella le preguntó: "¿Tienes miedo?" Y la respuesta provocó que se cogieran de la mano y apretaran fuerte.
Aún no tiene nombre, aunque parece que sus papás están más cerca de ponerse de acuerdo, sin embargo, ya forma parte de nuestras vidas.

viernes, 16 de julio de 2010

El día del exámen final, o el no traer hechos los deberes...

"Abordamos este debate sobre el estado de la Nación española en un momento muy delicado para España porque a la crisis económica, social y financiera -cuya profundidad es producto de la incapacidad de su Gobierno para enfrentarse a los problemas en tiempo y forma-, se superpone una profunda crisis política que constituye un peligroso hecho diferencial respecto de los países de nuestro entorno. Usted, Presidente, es el responsable de que durante los dos primeros años de esta legislatura no hayamos emprendido ninguna de las reformas estructurales que nuestro país necesita, desde la reforma del sistema financiero, hasta la reforma del mercado de trabajo pasando por la educación y la formación de nuestros jóvenes y de nuestros profesionales. Durante más de dos años, mientras miles de españoles perdían cada día su empleo usted seguía despilfarrando los escasos recursos en medidas populistas y regresivas. Pero lo peor de su gestión es que usted es responsable de la crisis política que sufre España. Usted ha tirado por la borda todo el esfuerzo de vertebración y consenso que supuso la Transición. Y lo ha hecho premeditadamente; porque usted decidió protagonizar una segunda transición pactando un nuevo modelo territorial del Estado con los partidos políticos que no creen en el Estado español ya que defienden que cada CCAA es una nación y por tanto un Estado. Desde aquella promesa que hizo a Maragall en el 2003, hasta su reunión con Artur Mas para salvar un proyecto de Estatut moribundo, pasando por el impulso a los llamados estatutos de segunda generación, todo su comportamiento político ha estado presidido por la irresponsabilidad y el afan de ruptura. Y lo más grave es que usted adoptó esa estrategia para negar a sus mayores (adanismo se llama eso) y para garantizarse las mayorías que le permitan gobernar sin tener ni un solo pacto de estado. Y, acercándonos a la actualidad, hay que ver el espectáculo que ustedes están protagonizando estos últimos días: el representante ordinario del Gobierno de España (que es del mismo partido que el del Gobierno de la Nación) convoca una manifestación contra el fallo del T. Constitucional, varios de sus Ministros muestran su comprensión olvidando que su principal obligación es hacer que se cumplan las leyes y afear la conducta a quien estimule el incumplimiento y el desacato y usted mismo promete a Montilla una relectura comprensiva. Y no me diga algo tan obvio como que la gente tiene derecho a manifestarse, porque no estamo hablando de eso. Hablamos de lo que ustedes están haciendo porque es tan grave que no tiene precedente en ningún país democrático del mundo. ¿Se imagina usted a Obama avalando al Gobernador de un Estado que llama al desacato de las sentencia del Supremo de los EEUU? ¿Se imagina usted a la canciller Merkel mostrando su complicidad con los convocantes de una manifestación por la independencia de uno de los landers de Alemania? Pues eso es lo que usted y su partido están haciendo en España. ¿Animaría usted a las empresas españolas a invertir en un país cuyo gobierno promueve el desacato a las leyes constitucionales? ¿Es usted consciente de la inseguridad jurídica que su actitud provoca? Ciertamente, es usted el Presidente que menos ha hecho por el crédito de España… Aunque usted lo desprecie, la unidad de la nación española es el instrumento imprescindible para garantizar la igualdad de todos los españoles ante la ley. No le estoy hablando de sentimientos sino de instrumentos políticos para garantizar los derechos fundamentales que proclama nuestra Constitución del 78. Porque una buena parte de los males que aquejan a nuestro país son consecuencia de un proceso de fragmentación del Estadoque ha dejado en manos de las CCAA la mayor parte del gasto público y unas competencias esenciales, lo que ha dado lugar a un gasto creciente e insostenible que pone en riesgo el mantenimiento de los servicios públicos fundamentales. La descentralización de más del 55% del gasto público sin ningún tipo de control sobre su eficiencia y su eficacia ha sido un generador de desigualdad que empeora la crisis económica y perjudica gravemente a los ciudadanos y al conjunto de la sociedad, particularmente a los que más necesitan de la protección del Estado. No hay solución a la crisis económica y de modelo productivo si no se reorganiza el marco competencial de las diferentes Administraciones Públicas y se aborda la reforma del modelo de Estado. Lo que está en quiebra en España es la política. Usted ha puesto tanto empeño en dividirnos, en destacar lo que nos diferencia a los vascos de los catalanes y a estos de los madrileños, y a estos de los andaluces…, que si su estrategia tuviera éxito liquidaría la comunidad política española. Usted ha puesto tanto énfasis en las particularidades que ha anulado del discurso político lo que nos une, la idea de España, la ciudadanía, la igualdad. Sólo quiero recordarle que cuando Ibarretxe pretendió algo semejante a lo que su Gobierno propugna para Cataluña (“Somos una nación, nosotros decidimos”) en esta misma Cámara se le dijo que una parte del pueblo español no puede decidir sobre la unidad territorial y política de la nación constitucional de la que forman parte, que es la única nación democrática. Ahora son ustedes mismos, los socialistas, los que encabezan la manifestación para romper el orden constitucional, pues eso es lo que usted le ha prometido a Montilla: analizar juntos el fallo del TC “por si hubiera que tomar alguna iniciativa para reforzar lo que es el esfuerzo de desarrollo del Estatut que hemos hecho”. O sea: burlar la sentencia. Como decía un leonés que sabía de democracia y Derecho, Gumersindo de Azcárate: “La ley debe ser ciegamente respetada y libremente discutida”. Usted, Presidente, debiera saber que sin ley constitucional no hay democracia. Usted, Sr. Presidente, ha liderado el fracaso de toda una forma de concebir la política; usted ha destruido lo que supuso el espíritu de la Transición, como si un país pudiera construirse en mitades contra mitades, en bloques identitarios, liquidando la ciudadanía y volviendo a la tribu. Y todo esto, ¿por qué y para qué? ¿Ha conseguido su política mayores cuotas de igualdad, justicia, educación, cohesión, competitividad… para los ciudadanos o para el país? No, todo lo contrario. Por eso insisto en que es la hora de emprender las reformas necesarias para construir la España del siglo XXI; una España en la que se imponga la defensa del interés general; en la que se ponga fin a las ineficiencias y a las duplicidades; en la que el Gobierno del Estado recupere la fuerza suficiente para garantizar los servicios esenciales y la igualdad de todos los españoles. Mario Onaindía publicó el 31 de enero de 2001 un artículo que tituló provocativamente “La Constitución es sagrada”. Sostenía Mario que había que interpretar el término sagrado en su sentido antiguo y laico, el mismo que aplicaba aquel gobernante romano que defendía que las leyes reguladoras de lo fundamental para la convivencia entre seres humanos debieran estar protegidas por una suerte de pacto de inviolabilidad. Desde esa perspectiva hay pocos valores democráticos que puedan considerarse sagrados. Pero alguno de ellos, como el derecho a la vida, a la libertad, a la justicia, a la igualdad ante la ley, lo son. Ya está bien de complejos. Es la hora de recuperar la ambición de país, de proclamar el patriotismo constitucional y de reivindicar la idea de la España democrática que tiene su origen en la Constitución del 78. Y sepa usted, Presidente, que aunque aún no hayan salido a la calle hay millones de españoles sin complejos que no van a permitir que usted ningunee sus derechos. Millones de españoles que sabemos que sin ley constitucional no hay democracia".
DISCURSO PARA EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN. 15/07/2010.

miércoles, 7 de julio de 2010

De las nubes, la inopia, o el valle de Babia...

Observar la evolución de los nimbos, estratos y cúmulos es una ocupación como otra cualquiera. Hay a quién le gusta leer (afición que también comparto), coser, tocar algún instrumento, pintar al óleo, acuarela o "a dedo".. A mí me gustan las nubes. Obviando la manida pregunta de a qué huelen estas acumulaciones de gotitas de agua (esto va para los chistosos) creo que adivinar el soplo de los vientos, la altura de los cirros o detectar los trazos de aviones, son una manera como cualquier otra de pasar el tiempo, ese del que uno dispone sin tener nada mejor que hacer (o que no hacer). Y es que imaginar de donde vienen o adonde van es, sin duda, trascendental. Supongo que también, por la época vacacional en la que estamos, puedo permitírmelo más de lo habitual. Y me encanta.

Se nota ya el primero de mes, por el calor, sobre todo, los avisos de la DGT, los atascos para ir a la playa, la falta de noticias (que significa siempre buenas noticias, no seais malpensados) y la tranquilidad de quienes afrontan este mes trabajando: no hay atascos, ni en la cola del super, ni en la ronda de circunvalación, ni siquiera en los ascensores. En general reina el buen humor, a pesar de todo. Y cualquiera habla de crisis, porque para estas cosas no hay crisis que valga: las ofertas de última hora se multiplican, ahora los niños son "gratis" y cualquier papá/mamá de familia debe permitirse, al menos, una escapadita de una semana, además de no renunciar a la tele por cable. Curiosa, sin duda, la percepción de la necesidad humana. En esta época, sigo con lo mío, siempre me vienen a la cabeza películas postapocalípticas, de esas en las que la raza humana es destruida (por virus, extraterrestres, por nosotros mismos, o todo lo anterior, incluyendo algún zombi, que nunca están de más) y en las que uno se puede permitir darse un paseo por la Palmera sin cruzarse con nadie. Y es que la ciudad está desierta, y parece que algunos somos los únicos supervivientes de la guerra nuclear (sin destrozo material y sin bajada de precios).

Con esta ausencia de estímulo me parece comprensible dedicar, al menos, unos minutos al dia a pensar en las apabardas (palabro verídico, no es coña), a estar en la inopia o visitar el valle de Babia, aunque sea sólo en espíritu, que para lo físico ya habrá tiempo (ánimo que ya queda poco). Las musarañas están frecuentemente en mis pensamientos y deambulan en fila de a uno para burlarse de mi falta de concentración. Pero ya se lo tengo dicho, quien ríe el último, ríe mejor.

Y por las noches ya no hay nubes, pero tienen mejores sustitutas. Lo tengo claro: necesito vacaciones :)

Una curiosidad:

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viernes, 2 de julio de 2010

Flandes y "el camino español", o las reflexiones de Valsaín...

Observando la actualidad, parece increíble que hace tiempo, mucho tiempo, España era un gran país. Territorialmente amplio, que no estable, demandaba atenciones continuas para repeler rebeliones. Carlos V se veía obligado a reforzar su alianza con Inglaterra, y que mejor manera para ello que un matrimonio. Felipe II contaba entonces con veintisiete añitos y estas eran ya sus segundas nupcias. La elegida, Maria Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón. En septiembre de 1555, Felipe se desplaza a Flandes, dejando a su esposa en Londres, cuna de intrigas políticas, de manifestaciones antiespañolas, y numerosas acciones violentas provenientes del problema religioso y la irritación de los anglicanos. Flandes dejaba entonces de pertenecer a los Habsburgo, para pasar al dominio castellano.
Tras la suspensión de pagos decretada por el monarca, y la renuncia a devolver los créditos a banqueros de Alemania y prestamistas de Castilla, la reorganización de los ingresos era cuestión de estado. Las protestas se sucedieron ante estas prácticas, pero se calmaron rápidamente a causa de los juros, respaldados por los ingresos reales, fundamentalmente plata de las Indias. A pesar de todo, consiguió reunir fondos para organizar el ejército en Flandes y preparar la defensa de Italia. Aquí entra en escena el Duque de Alba, al tiempo que los franceses eran derrotados en San Quintín.
Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, grande de España y Caballero del Toisón de Oro, el III Duque de Alba, era hombre de confianza del Rey. Considerado uno de los mejores generales de la época, su estancia en Flandes dejó honda huella, por su determinación frente a las revueltas.
El rey debía mantener la paz y la alianza hispano - francesa era la mejor alternativa: Isabel de Valois, hija de Enrique II. La ceremonia tuvo lugar en la catedral de Notre Damme, siendo el Duque de Alba el representante del rey.
Ya en 1549, Carlos V instituyó los Estados Generales, elemento integrador que pretendían los Habsburgo. Y en 1559, cuando Felipe volvió a España tuvo a bien dejar a personas de su más estrecha confianza al frente del gobierno. Su hermana, el Obispo de Arrás... pero su gran error fue no contar para ello con nobles como Egmont, Horn ni Orange (el taciturno). Esto provocó la obstaculización continua de la política en aquella zona. La intransigencia religiosa, decían los foráneos, era perjudicial para la actividad comercial, la cual, hasta el momento, no se había visto influenciada por cuestiones divinas.
La situación económica complicaba aún más la situación, pues Inglaterra comenzó a restringir las exportaciones de telas, entre otras cosas. Felipe, se mantenía en sus trece, y no parecía estar dispuesto a permitir más revueltas, pero se sentía confuso. Necesitaba consejo y mandó llamar al Duque. Éste le "inspiró" con una nueva organización política para los Países Bajos, las llamadas "cartas del bosque", fraguadas en Valsaín en 1565. Tras esto, las intrigas en la corte se sucedían; unos decían que tan sólo el viaje del propio rey calmaría los ánimos, mientras otros le recomendaban cautela. El Duque era partidario de la primera opción, pero Felipe no tenía muchas ganas de viajes, por lo que encomendó la misión a su consejero. Esta decisión condicionaría la monarquía durante todo el siglo siguiente.
El envío del ejército se trataba de la idea aglutinadora del imperio, y de que para la cohesión de los territorios, que en el caso de Flandes, se encontraban cada vez más desligados entre sí, era fundamental la unidad. Sin embargo, en Flandes este hecho se interpretó como una invasión. Partió desde Madrid hacia Cartagena, donde embarcó rumbo a Génova. El 3 de Agosto de 1567 cruzó la frontera de los Países Bajos. Le acompañaban diez mil españoles que, reorganizados en Italia y junto a un regimiento de infantería alemana, tomarían una nueva ruta, la que desde entonces y hasta el siglo XVII sería conocida como el "camino español". Desde Lombardía, cruzaron el Piamonte y Saboya, bordearon el condado de Ginebra hasta Luxemburgo, y Thionville.
El temor en la Europa protestante era clamoroso, y esta acción política no hizo más que convertir en imposible la búsqueda de un acuerdo. Su autoridad era militar, y su objetivo acallar revueltas, pero requeria de apoyo administrativo, lo que supuso la desautorización de Margarita, cual terminó abandonando Bruselas. Esta sería la primera vez que la máxima autoridad política no estaba representada por la Casa Real.
Ya en 1568, Orange era la única oposición que quedaba frente a la política del Duque. Y era este el mejor momento para que el Rey se desplazara y se reconciliara con sus súbditos, pero no fue así. El Rey tenía problemas familiares, que incluían un heredero enfermizo y con aires de grandeza, que terminó sus días en un torreón en el castillo de Arévalo, y el fallecimiento de su amada esposa, Isabel. Este hecho hizo que el Rey se recluyera en El Escorial. En menos de un año había perdido a su tercera mujer y no tenía heredero. A ello se unió la revuelta de los moriscos en Granada, por lo que el Duque se convenció de que debía esperar.
La subida de impuestos, sin consultar los Estados Generales, del 10%, levantó ampollas entre los comerciantes. "El décimo no es voluntad del Rey, sino del Duque". Ante esta situación, unido a la conspiración de Orange, el Duque, abandonado por su Rey, se dirigió al norte para castigar la quema de iglesias, de sacerdotes y de imágenes en Brill. Primero cayó Malinas, luego Zutthen y finalmente, Amberes. El saqueo fue histórico y la llamada "furia española" acabó entonces con más de 8.000 personas. El odio antiespañol creció por todos los rincones de Flandes, del mismo modo que la leyenda negra. Cuentan que, aún el día de hoy, en aquellas tierras, cuando los niños no quieren dormir, sus madres advierten la llegada del Duque.

jueves, 1 de julio de 2010

De como la música amansa las fieras, o las desata...

Para ir abriendo boca el fin de semana... y refrescar un poco las ideas, por qué no, que con este calor no se puede pensar...

viernes, 4 de junio de 2010

Los bonsais, o la búsqueda de un método de superación de crisis... Segunda parte

Resulta que no se me dá mal esto. Una amiga dudaba de mi capacidad, más que otra cosa por la impaciencia que suele caracterizarme, para mantener con vida un ser tan delicado. Y lo he conseguido, y lo más gracioso es que no ha sido difícil. Al menos no tanto como podía esperar.
Los cambios de estación no suelen sentarme bien, o como diría mi madre: "nena, en general, los cambios". Pero en esta ocasión ha habido una novedad. Quizá la impaciencia de la que hablaba antes ha provocado que hayamos "casi" pasado la primavera y la única consecuencia al respecto haya sido el nacimiento de multitud de pequeñas hojitas.
Estoy aprendiendo mucho acerca de aquello que me decían hace tiempo, cuando era estudiante: "hay que saber mirar para ver, y hay que saber oir para escuchar". Y trato de aplicarlo cada día.
De momento, voy ganando. A pesar de las mareas.

martes, 25 de mayo de 2010

La credibilidad, o el dulce tacto de la espada y la presión de la pared...

Los sindicatos mayoritarios españoles se encuentran en una encrucijada: convocar o no convocar, he aquí la cuestión. Ahora que están negociando con la patronal, indican que no asumirán ninguna medida que sea "lesiva" para los trabajadores. No deja de ser curioso esto, ya que por el momento, las medidas de recorte SOLO han afectado a la clase trabajadora. El caso es que el gobierno les da de plazo hasta finales de mes para llegar a un acuerdo. De no ser así, legislará por decreto lo que ya viene siendo un secreto a voces: la pérdida de derechos de los trabajadores y la vuelta a las condiciones laborales del siglo XIX.
Si convocan es un gran problema: ¿quien muerde la mano que le dá de comer? Las subvenciones para formación son una fuente de ingresos hasta el momento inacabable, puesto que este tipo de entidades (curiosamente) no se mantienen con las cuotas de sus afiliados. Y si no convocan: perderán la escasa credibilidad con la que cuenta este grupo minoritario de "liberados" que "defiende" la causa laboral en nuestro país. Perderán el status que han alcanzado y dejarán de tener un lugar privilegiado en los círculos de poder, "allá" donde se toman las decisiones que afectan a propios y a extraños.
Ya es hora de que la sociedad civil reclame su protagonismo, porque sin "nosotros", "ellos" no son nadie. Porque en nuestras manos está cambiar las cosas.
HUELGA GENERAL YA!
Tan sólo añadiré que cuando haya movilizaciones, que las habrá, acudiré sin banderas porque ninguno de ellos me representa. Y será el día, descontado de mi nómina, mejor invertido en mi dignidad profesional.
Si queréis saber más:

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/28/espana/1275064566.html

http://www.elpais.com/articulo/economia/subida/tipos/IVA/julio/2010/elpepieco/20090927elpepieco_6/Tes http://www.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=96999&cod_aut=

http://www.elpais.com/articulo/espana/nuevas/medidas/Gobierno/quiere/ahorrar/15000/millones/elpepuesp/20100512elpepunac_5/Tes http://www.libertaddigital.com/nacional/rosa-diez-los-recortes-son-para-tapar-las-vias-el-agujero-que-zapatero-ha-abierto-1276392895/ http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/28/paisvasco/1275046409.html

http://www.abcdesevilla.es/20100527/nacional-andalucia-actualidad/junta-admite-recortes-zapatero-201005270236.html

lunes, 17 de mayo de 2010

La custodia compartida, o de como finalmente, ambos sexos somos más iguales...

Ayer mismo saltó la noticia: la comunidad aragonesa va a aprobar la Ley de Custodia Compartida.
Se establece así, con carácter general, la custodia compartida de ambos progenitores, por el interés superior del menor. Lógicamente, y como en todas las regulaciones sobre este tipo de materias, es de esperar un efecto dominó, y que otras regiones se sumen a esta iniciativa. Porque, poco a poco, las cosas se van cambiando, y adecuando a las demandas de la sociedad. Este es un claro ejemplo de ello.
Felicidades a tod@s!

jueves, 13 de mayo de 2010

La imagen de España en el exterior, o la vergüenza ajena generalizada...

"Han tardado seis años en descubrir que detrás de la sonrisa de Zapatero sólo había un mal gobernante, pero los principales líderes europeos ya conocen al presidente español, al que le dan de lado y consideran un político dañino para España y para Europa. Como consecuencia de ese sentimiento, la “presidencia” española de la Unión está siendo la más deslucida y marginada en toda la Historia de la Europa común.
El gobierno alemán de Ángela Merkel está claramente distanciado de Zapatero, al que frena sistemáticamente sus propuestas; el francés Sarkozy, cautivado en un principio por el optimismo del español, ha dicho “basta”; el también socialista Gordon Brown, primer ministro británico, le teme y cree que la cercanía de Zapatero perjudica su ya decadente carrera como líder laborista; Berlusconi, simplemente, se ríe de su colega español; el presidente permanente belga, Van Rompuy, incapaz de entender al líder español y cansado de sus indefiniciones y trucos, se esconde y no quiere saber nada de él. Los europeos han rechazado todas las iniciativas destacadas que Zapatero ha presentado como presidente de turno, desde sus recetas económicas para afrontar la crisis, hasta sus iniciativas por levantar las sanciones y cautelas de la Europa democrática frente a China y Cuba, sin olvidar el interés especial de Zapatero por abrir a Turquía las puertas de la Unión Europea. La experiencia europea de Zapatero está siendo un calvario y lo peor no ha pasado todavía porque los principales líderes europeos ya le han descalificado y no están dispuestos a soportar sus sandeces. En los pasillos de Bruselas se comenta que Merkel, Sarkozy y otros presidentes europeos están “indignados” por la pésima imagen que Zapatero está dando a Europa como presidente de turno, sobre todo en política exterior, donde es especialmente grave la amistad y apoyo de Zapatero a dictadores sanguinarios como los que aplastan a los pueblos de Cuba, Irán, Venezuela y otros. El primer gran problema en Europa de Zapatero, que se estrenaba como “presidente de turno”, fue el rechazo al proyecto de aprobar un catálogo de sanciones para los Estados miembros que no cumplieran con los objetivos que se fijasen para Europa. Alemania dijo “no” y consideró incoherente que Zapatero pretenda aplicar en Europa lo que ha sido incapaz de aplicar en España. Pero la humillación más hiriente, quizás la peor hecha por Europa a un presidente de turno el toda su historia, tuvo que padecerla Zapatero cuando fue excluido de la negociación del plan de rescate para Grecia y de la foto final, que fue lo que más le dolió. Lo pidió y hasta lo exigió, pero al final aparecieron en público Angela Merkel y el francés Nicolas Sarkozy, con Van Rompuy. Zapatero, visiblemente crispado y con el rostro demacrado por la rabia, tuvo que comparecer solo ante la prensa.
El mas reciente rechazo es el lanzado por numerosas asociaciones civiles europeas contra el “inquietante” documento sobre Internet que la presidencia española de la UE ha remitido a sus socios comunitarios. ¡Nadie quiere la Inquisición española!, grita La Quadrature du Net, que, en un comunicado urgente, denuncia “la deriva oscurantista de la presidencia española” e invita a “oponerse a esta visión extremista y peligrosa”. Joaquín Almunia no oculta su desprecio por el dirigente español en sus conversaciones privadas y en alguna que otra pública. El comisario cree que, bajo Zapatero, la economía española no tiene otra salida que el colapso. Hasta Durao Barroso, hasta hace poco un admirador del socialista español, ya le da la espalda y procura no aparecer a su lado. La última “puñalada” de Europa a Zapatero es reciente: el 25 de febrero la Comisión Europea, ya visiblemente contrariada porque el presidente español no hace caso a los consejos y recomendaciones que le dan las instituciones y los expertos, advirtió que la subida del IVA aprobada por Zapatero será perjudicial y frenará la salida de la crisis en España. En España, un ZP aislado y terco como una mula, continúa avanzando hacia el abismo y llevando a su pueblo hacia el desastre, acompañado por un PSOE esclavizado y tan adicto al poder que parece dispuesto a sacrificar todo, incluyendo a la propia España, con tal de no dar el brazo a torcer y desprenderse del inepto que malgobierna la nave. Los españoles, sometidos a un “régimen” que ya no consideran que sea una democracia, se sienten frustrados, sin confianza en el liderazgo, con miedo al futuro, presos del sistema y sin capacidad para lograr que Zapatero dimita y convoque elecciones anticipadas, como debería hacer si tuviera dignidad. Internacionalmente aislado, Zapatero es también rechazado por un Obama al que le preocupa la pérdida de credibilidad del dirigente español. El presidente mulato de los Estados Unidos de América, antes admirado como un “dios progresista”, ya empieza a ser criticado entre los asesores de la Moncloa, mientras Zapatero sigue manteniendo la tesis suicida de que solo él tiene razón y que todos los demás están equivocados. Sus únicos amigos en esta terrible coyuntura son los sindicatos, el degradado y sometido PSOE, la legión de los colocados y paniaguados que esquilman a diario las ubres del Estado y la multitud de fanáticos que la izquierda española ha reclutado en sus filas, tan cargados de odio contra la derecha que son incapaces de cuestionar a los suyos aunque hundan el país."
Se trata este de un artículo publicado en el blog de Francisco Rubiales, 4 marzo 2010.
Pincha en el enlace para ver el post original.

http://www.votoenblanco.com/Europa-da-la-espalda-a-Zapatero_a3541.html

miércoles, 12 de mayo de 2010

La crisis, o el cambio en su más amplia concepción...

Desde hace meses oímos hablar de la crisis económica en periódicos, telediarios, en la calle, e incluso conocemos a personas que la padecen directamente o somos nosotros mismos "carnaza" para este depredador. Sin embargo, y contrariamente a lo que se puede pensar o divulgar desde algunos ámbitos, desde mi punto de vista, no se trata en exclusiva de un problema económico, como vengo indicando en anteriores posts. Comparto la opinión de un buen y "pesimista" amigo (él prefiere que le llame "realista"), quien habla siempre de un concepto mucho más amplio: crisis sistémica. Bonito pero aterrador concepto, que no hace sino presajiar que estamos ante una época de grandes cambios, frente a los cuales tendremos que probar nuestra capacidad para adaptarnos. Por definición, "lo sistémico" se refiere a un conjunto de elementos que se encuentran irremediablemente relacionados entre sí y que conforman un sistema. Von Bertalanffy, un biólogo alemán (como no) muy inteligente, desarrolló la idea de que los elementos que conforman un sistema se relacionan y dependen unos de otros. Algo así como que un pequeño cambio en un único elemento deriva en la transformación del sistema completo. Otras personas, también muy inteligentes, como Weber y Katz, aplicaron estos conocimientos, dirigidos en un primer momento a estudiar el mundo natural, sobre los sistemas sociales a fin de comprender su funcionamiento. Y ese es el "quid" de la cuestión. La estructura y la función de estos elementos han creado escuela, y nunca mejor dicho, dentro de la sociología generando debates tan prolíficos como intensos durante años. Tratando de aplicar, muy muy modestamente por mi parte, esta explicación a la situación actual, podría decirse que el hecho catalizador o desencadenante ha sido (o eso nos cuentan) una crisis bancaria, para trasladarse a todos y cada uno de los sistemas e instituciones en los que participamos de manera más o menos activa. Mercado laboral, administración pública, sistemas de protección social, e incluso judicial, se han visto avocados a una situación que por su profundidad, hace menear los pilares sobre los que se asientan nuestro sistema de convivencia. Desconfianza en la clase política y en las instituciones del estado, dudas sobre la conveniencia o no de determinadas medidas y el lento y progresivo despertar de la sociedad civil son algunas de sus consecuencias inmediatas. Preocupante, cuando menos. El llamado "feedback" no hace sino "alimentar" estas interacciones entre elementos, en lo bueno y en lo malo, en este caso agravando la situación, que cada vez se ve más oscura. Pero no me centraré aquí en estas cuestiones, sino en una que me ha llamado mucho la atención en esta última semana: la crisis también afecta al ingenio. El espíritu creativo del ser humano se encuentra bajo mínimos, quizá acompañando a la bolsa en una de sus caídas, o simplemente como conclusión de que, verdaderamente, no estamos en nuestro mejor momento. Las películas en cartelera no son más que "remakes" de viejas historias, adornadas con actores con "tabletita de chocolate" y actrices explosivas (lo siento chicos, pero todo parecido con la realidad es mera coincidencia), estravagancias de efectos especiales (que no hacen más que tratar de compensar la falta de un buen argumento con la hiperestimulación de los sentidos) y la nueva era 3D, que significa que hay que volver a hacerlo todo, pero poniéndolo en 3D. En el panorama musical, otro tanto de lo mismo. Resulta que son top 10 nuevas versiones de las canciones de los 50, que con una base de "chunda chunda" (jajajaja, Carmen como eres!) son renovados ante un público generalmente ignorante y ávido de consumo. ¿Y qué hay de los libros? Quitando los que siempre están de moda como los de autoayuda (o como prefieren llamarlos ahora: autoaprendizaje) o las ediciones de bolsillo de los clásicos de toda la vida, las estanterías están repletas de autobiografías de personajillos que nunca hicieron nada por ellos mismos y sobrevivieron siempre a costa de otros. ¿Acaso será cierto eso de que ya está todo inventado? Personalmente me resisto a creer que es así, pero la verdad es que no me lo ponen nada fácil..

domingo, 9 de mayo de 2010

jueves, 22 de abril de 2010

miércoles, 21 de abril de 2010

Los nuevos descubrimientos, o los clásicos recuperados...

La ruptura de la cadena trófica, o el apocalipsis alimentario...

Los que me conoceis sabeis bien mi preocupación por la cuestión alimentaria, por lo que no os será extraño que publique una reseña más sobre este tema. El agua, ese bien imprescindible y cada vez más escaso, que se convertirá en moneda en unos pocos años, lo dejo para otra ocasión, Miguel, que si no os canso mucho. Todos sabemos en qué consiste la cadena trófica, pues lo estudiamos en el cole en clase de biología. Para aquellos que no lo recordeis os incorporo un enlace de la wiki, que viene muy bien explicado: http://es.wikipedia.org/wiki/Cadena_tr%C3%B3fica Recordais los casos de las vacas locas? Pues bien, esto es lo que ocurre cuando "se juega con las cosas de comer". Apretaos los cinturones y haced clic en el siguiente enlace. Los pelillos de punta. http://programastvonline.blogspot.com/2010/04/una-dieta-de-desechos-documentos-tv-17.html
Estoy convencida de que más de uno, mirará las etiquetas a partir de ahora. Pero... ¿qué pasa cuando en las etiquetas no aparece determinada información?
Sacad vuestras propias conclusiones...

lunes, 12 de abril de 2010

Los tiempos de espera, o la espera de tiempos mejores...

Misma canción, distinta versión.. Cachis con la HD..

domingo, 11 de abril de 2010

Los usos del tiempo, o las fuerzas revolucionarias...

Ayer estuve viendo un reportaje sobre el Dalai Lama que me hizo pensar. Al igual que hizo Gandhi en su día, existen gran cantidad de hombres y mujeres que a lo largo de la historia se han fijado una meta, un objetivo sobre el cual radicaba la consecución de la felicidad, entendiendo esta última como un sentimiento de plenitud, de satisfacción vital. Estas metas han sobrepasado la persona, y sus logros han revertido en el conjunto de la sociedad, y han contribuido considerablemente a la mejora de su funcionamiento. La detección de los problemas de la sociedad en la que vivimos es, por desgracia, una actividad a la que no muchos le dedican tiempo. Y no les culpo. Las dinámicas laborales, familiares, de deseos, anhelos, esperanzas, necesidades consumistas y alcanzar los objetivos que nos marca la sociedad como deseables, dificulta que nos paremos y pensemos acerca de unas sencillas preguntas: ¿qué queremos? ¿qué necesitamos? Estamos irremediablemente inmersos en esa maraña de obligaciones y devociones, de exigencias y explicaciones, y es tal esa "fluidez" en la que nos movemos, que se difuminan nuestras pretensiones sobre el mundo, y lo que es aún más importante, sobre nuestra propia vida. Hace no mucho tiempo, una compañera me contaba un caso real y trascendental, además de extraño, por su excepcionalidad. Se trataba de un padre de familia, el cual había perdido su puesto de trabajo. Acosado por la deudas y por las exigencias de su mujer e hijos, los cuales pienso que debían sentir esa misma exigencia a nivel extrafamiliar, había abandonado el domicilio conyugal. En el despacho describía su situación como de "frustración personal, incapacidad de afrontamiento, necesidades personales no resueltas", lo que se puede definir como insatisfacción general consigo mismo y con la vida que llevaba. Por supuesto, no justificaré nunca semejante acción, tanto por las consecuencias que acarrean, como por el convencimiento de que su mujer se enfrentaba a los mismos sentimientos, aunque ordenó sus prioridades de manera distinta. Pero si que alcanzo a entender que la insatisfacción general, las exigencias personales, familiares y sociales (en ese mismo orden) a veces nos llevan a tomar decisiones precipitadas en la búsqueda (que todos tenemos) hacia la felicidad. Como digo, el fin jamás justifica los medios, pero entiendo que antes de ser padres, madres, hijos e hijas, hermanos o hermanas, amigos o parejas, somos personas. La individualidad personal en estos últimos tiempos, ha venido a tacharse como algo negativo, no deseable, e incluso dañino para el bien común. Pues bien, frente este argumento, yo defiendo firmemente que si cada unos de los componentes del grupo, cada una de las piezas del rompecabezas social en el que todos estamos inmersos, se siente satisfecho, esa satisfacción revierte en todos los demás, conformando una red invisible y permitiendo las transferencias comunicacionales que mejoran y benefician las sinergias que se producen entre los individuos. Dicho de manera coloquial, cuando uno está bien, transmite esa sensación a todos los que le rodean. Pero volvamos de nuevo a los objetivos personales, a la metas individuales. Son esas en las que uno piensa cuando acaba de acostarse: las cosas que le gustaría hacer, donde le gustaría a uno llegar, las aspiraciones personales, que mueven el mundo y lo modifican para que éste se adecúe a lo que para cada uno de nosotros es deseable. La clave: la determinación, la confianza en uno mismo, el convencimiento de que algo mejor es posible y que se encuentra a nuestro alcance. Lo único que hay que hacer es definir qué es lo que queremos y las cosas que haremos para conseguirlo. Estoy convencida de que Gandhi no pensaba en la repercusión de sus actos y de lo que vendría con ellos, y eso le hace aún más merecedor de mi reconocimiento. La incertidumbre de si lo que hacemos servirá para algo o no, no debe condicionar el convencimiento que ha de tenerse sobre una idea, un principio, o un objetivo. Porque lo que marca la diferencia entre alcanzar una meta y no hacerlo, es el uso del tiempo que empleamos para esto mismo. Porque eso es lo único que tenemos, y puede convertirse en nuestra mejor inversión.

domingo, 21 de marzo de 2010

La interrupción voluntaria del embarazo, o las elecciones que marcan para toda la vida... Segunda parte.

Resulta que es imprescindible conocer los condicionantes que empujan a las personas a tomar algunas decisiones difíciles. Don Rafael nos dijo siempre que a veces hay aspectos externos que influyen a la hora de realizar una elección, y que muchas veces, el individuo no se siente con libertad para afrontar su decisión.
Ponía el caso de una adolescente, que habia sido víctima de una violación y de cómo la ley le daba opción a poner fin a ese embarazo. ¿Qué os parece? ¿Estaría mal llevarlo a cabo?
Este tipo de situaciones específicas hacen pensar que quizá lo que no estuvo bien desde el inicio, no debe continuar adelante. Pero, ¿quien ha de juzgar eso y bajo qué criterios? Me explico, en los casos que se han contemplado desde hace años como "despenalizados", esos cuatro supuestos, creo que no hay duda alguna de que si en algún momento ocurren, una de las opciones sea la interrupción voluntaria. Creo que en lo que a esto se refiere no hay, o eso pienso yo, discrepancia alguna.
Pero, que ocurre con esos casos cada vez más habituales, descuidos e irresponsabilidades, que traen consigo un embarazo no deseado, ¿ha de plantearse la interrupción como una opción?
Hace algunas semanas terminé de leer un libro titulado "Cartas a un niño que nunca nació", escrito por una periodista italiana. Narra la vida de la protagonista, que embarazada, está dispuesta a llevarlo a buen término, a pesar de la incomprensión de su entorno. Finalmente, pierde el bebé que esperaba, por causas naturales, y el libro se centra en sus sentimientos ante esa pérdida y como va reordenando sus ideas para poder superarlo, junto a diálogos dirigidos a esa vida que ya no está. Estremecedor. Era invierno todavía cuando mi mejor amiga me comunicó que estaba esperando un bebé. Pasó de la sorpresa a la emoción, ternura y esperanza en cuestión de un par de días. Miedo, claro. A lo desconocido es normal tenerle miedo. Aproximadamente a las dos semanas tuvo un aborto espontáneo. Su cuerpo no estaba preparado para tantos sentimientos.
He leido la ley, detenidamente. Para ver qué cambios incorporaba, aparte del evidente. Y no soy capaz de posicionarme. Entiendo que hay ocasiones en las que es muy duro tener que enfrentarse a determinadas consecuencias. Pero sé también que cuando uno corre riesgos ha de afrontar que las cosas salen a veces como uno no espera. También soy de las que piensan que una verdadera política familiar ofrece oportunidades (ayudas en el nacimiento, fomento del empleo para madres jóvenes, escuelas de padres, plazas de guardería), pero claro. Todo esto supone un coste elevado. Es más barato tomar otro tipo de medidas. Me viene además a la cabeza ahora la estadística, que sigue señalando que somos el país con la tasa de natalidad más baja de toda Europa. ¿Por qué no podemos ser como los suecos?
Sobre todo intento ponerme en su lugar. Comprender las motivaciones para entender una y otra decisión. Y no me siento capaz de juzgar a nadie. Sé lo que yo haría, o creo saberlo. Pero también es fácil no habiendo estado nunca en esa situación.
Por cierto, mi mejor amiga esta de nuevo embarazada. Está radiante, con una luz especial en la mirada. Afronta el futuro con esperanza y se prepara para su nueva vida. Una nueva etapa que empieza...

La interrupción voluntaria del embarazo, o las elecciones que marcan para toda la vida... Primera parte.

Fui a un colegio público. Un colegio de barrio, con mucha gente de distinta condición: hijos de la banca, de las profesiones liberales, de amas de casa, de mujeres separadas, de padres solteros y viudos, de vendedores ambulantes, de pequeños comercios... En el patio, cuando salíamos al recreo, lo único que nos diferenciaba era el tipo de juego al que éramos aficionados: los niños solían jugar al futbol, aunque alguna vez que otra hacíamos partidos de chicos contra chicas y les dábamos unas palizas monumentales; las niñas, pues depende, a veces al "pañuelito", otras veces al beisbol (con el brazo haciendo de bate), y cuando Don Onofre nos dejaba, sacábamos las redes (que parecían más de pescador que para hacer deporte, imagino que consecuencia de la falta de financiación de la escuela pública) para jugar a voleibol (mi favorito), aunque esas veces eran las menos. Había que tener cuidado, porque robaban a menudo, y más de una vez y más de dos, recuerdo que nos dejaban sin porterías, una pena, vamos.
Estudié religión, como la gran mayoría de mis compañeros. De aquella eran muy pocos los que se declaraban (los padres) agnósticos, ateos y similar. Sólo recuerdo a un chico, de etnia gitana, cuyos padres eran testigos de Jehová, el cual salía de clase en cuanto entraba Don Rafael, el profesor de Religión. Don Rafael era un hombre de mediana edad, con el pelo canoso y que se quedaba calvo solo por la zona de la coronilla. El resto de los profesores solían decir, no con poca guasa, que a los "hombres santos" les pasaba eso, se les despejaba la cabeza sólo por esa zona. Era un hombre cercano, que además ocupaba el puesto de orientador. Siempre estaba en todos los saraos, en las reuniones de padres, mediando con las masas, en las celebraciones del día de Andalucía organizando las filas y las banderas, o en las fiestas de disfraces de final de curso, que siempre era el que llevaba el disfraz más original. Todas las madres (y padres), o la mayoría, le pedían consejo sobre qué hacer con los chiquillos, y debía de ser muy bueno, porque siempre daba en el clavo. Cuando había algún problema con el grupo de los revoltosos, el jefe de estudios, Don Elías, siempre contaba con él para determinar el castigo, creo que porque consideraba que él podía excederse y Don Rafael era una persona muy ecuánime.
En sus clases, aparte de historia de las religiones, de todas ellas, nos inició en el arte de la ética y la moral. Pero también en valores fundamentales de la convivencia humana: la justicia, su favorita, la libertad, la igualdad, y todo aquello que podía hacer mejor a las personas: la comprensión, la empatía, el respeto (porque jamás nos habló de tolerancia, odiaba esa palabra), la necesidad de escuchar a los demás... Nos hablaba de ideología, de como cada uno de nosotros debía comprender donde está la línea que separa "lo bueno" de "lo malo", de los peligros de las drogas (muchos de sus alumnos cayeron en ese mundo y el nunca dejó de visitarlos y de interesarse por ellos), de sexo, pero también de responsabilidad.
Algunos de los otros profesores tachaban sus métodos de poco ortodoxos, y sobre todo una de ellas, Doña Mati. Una señora muy chapada a la antigua (aunque daba clases de inglés, mu moderna ella), que protestaba cuando Don Rafael nos ponía alguna película o decidía dar la clase en el patio, porque hacia un tiempo "extraordinario". Era esta una de sus palabras favoritas. Era un hombre que valoraba las pequeñas cosas, por eso hablo de él con admiración. En clase (o en el patio, cuando podíamos) siempre nos decía que todos y cada uno de nosotros éramos únicos, insustituibles, personas extraordinarias capaces de realizar cosas extraordinarias.
Solían ser los viernes, ya al final de la semana, cuando dedicábamos la clase a hablar sobre las cosas que ocurrían en el mundo, noticias que salían publicadas en los períodicos o algún cosa excepcional que nos pudiera interesar. Recuerdo sobre todo que era un maestro, pero con todas las letras. Uno de esos que es capaz de hacer que prestes atención a lo que está diciendo porque te envuelve con sus palabras y argumentaciones. Néstor, el chico más revoltoso de mi clase siempre decía que Don Rafael era capaz de vender un chubasquero a una pescadilla, y creo que si se hubiera visto en esa situación, la pescadilla habría salido con la prenda puesta de la tienda.
El caso es que en esos debates podíamos hablar de la pena de muerte, de la eutanasia, del aborto, del sida, de cualquier tema que estuviera de actualidad. Sin tabúes. Podías hacer las preguntas que te parecieran oportunas para aclarar tu postura, y dividiamos la clase en dos, los que estaban a favor o en contra, didáctica pura, vamos.
Un día, como otro cualquiera, empezó a hablarnos de la vida. De su inicio, de lo que significa el comienzo, el empezar, el aprender, el elegir, el tener que madurar, que enfrentarse a cosas a veces desagradables, y en la capacidad que nos vamos creando para tomar decisiones, a veces equivocadas. Empezó como uno de los juegos que a veces nos planteaba. Eran juegos que te obligaban a adoptar un principio sobre la vida y su concepción. Recuerdo uno en el cual había un grupo de unas doce personas (un niño, una niña ciega, una monja, un militar, una viuda, un hombre maduro, un científico, una abogada, un médico, un cura, un delincuente y una prostituta), un río y una barca que sólo podía cruzar tres veces, y la imposibilidad de combinar los niños con el delincuente, o la monja y la prostituta. Nos hizo una pregunta: ¿quién cree que se puede acabar con una vida? Néstor, el bandarra que me tiraba de la coleta en el recreo, dijo enseguida: "Pero eso no está bien, no? Eso es matar". Y ahí empezó la disertación, y como las cosas cambian según te vas metiendo en situación, y cómo ponerse en el lugar del otro, o de la otra, a veces es realmente complicado.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Los bonsais, o la búsqueda de un método de superación de crisis...

Por recomendación facultativa, y para superar mis problemillas con el estrés y la vuelta del acné a mi joven rostro, he realizado una inmersión en una pequeña afición. Las cosas casi siempre ocurren por casualidad (cada vez estoy más convencida de ello) y así lo he comprobado de nuevo.
Hace un par de semanas (o tres, no recuerdo bien) acudí a una exposición. Resulta que el Ayto. de Gines organizaba un encuentro de bonsais, y allá que fuimos. Y aluciné. Creo que nunca había visto árboles tan bonitos, y que parecieran tan naturales, a pesar de estar modelados por la mano del hombre. Es curioso como nos empeñamos en demostrar nuestro poder sobre todas las cosas.
Aquí os presento a mi primer bonsai (que salvo que se me muera) espero que no sea el último.

Se trata de un "Celtis sinensis" (facilito, para principiantes como una servidora). Espero que esté lleno de brotes en unas tres semanas. Ya os iré contando.

Incorporo el video del II Encuentro de Bonsais.

Los artesanos de la felicidad común, o cómo nada sucede si primero no lo sueñas...

Ayer, 16 de marzo, se celebró el día Internacional del Trabajo Social. Todos los que compartimos profesión y el convencimiento de que una sociedad mejor para todos es posible, recordamos los logros conseguidos y evaluamos lo que aún nos queda por recorrer, en un acto emotivo y con un significado especial.
Gracias a los que pudieron asistir y a los que no, también.
El Consejo General de Diplomados en Trabajo Social ha editado un vídeo para conmemorar sus 25 años.
Que lo disfrutéis!! Feliz día a todos!!

lunes, 1 de marzo de 2010

La prevención de riesgos y las medidas de contraconcepción, o como han cambiado las percepciones sobre salud sexual...

¿Os acordáis de aquello de “Póntelo, pónselo”?
Era yo pequeña (porque soy muy joven) cuando veía este anuncio en la tele, y no sabía bien si era una nueva marca de chicles o alguna cosa “para los mayores” porque cada vez que salía el anuncio, mis padres se ponían “un pelín” nerviosos.
Os hablo de los principios de los ochenta, época en la que ya habían empezado a aparecer en España los primeros casos de SIDA. Se tenía la idea, por aquel entonces, de que existían colectivos de riesgo (homosexuales, personas con toxicomanías) entre los cuales se producían el mayor número de contagios. Pues bien, el tiempo ha pasado y según se ha publicado en los medios recientemente, la percepción de los jóvenes con respecto a las relaciones de riesgo está bajo mínimos. ¿Por qué? A lo largo de estas líneas trataré de exponer mi visión sobre este asunto.
La utilización del preservativo, además de como medida contraceptiva, fue principalmente para “cortar” el alarmante número de contagios de SIDA, así como de otro tipo de infecciones no menos importantes: sífilis, gonorrea, clamidia, papiloma virus, hepatitis… 30 años después, el nivel de alarma ha bajado hasta mínimos históricos, debido principalmente a la falta de campañas efectivas que conciencien a los jóvenes de que “lo menos malo” (siempre hablando a nivel sanitario) que les puede ocurrir, es un embarazo no deseado (dedicaré un post completo a esta cuestión). Se trata de un problema prioritario en salud pública, pues como manifiesta la noticia, la principal preocupación de los jóvenes de entre 15 y 25 años es el embarazo no deseado (94,7% a las chicas y en un 86,5% a los chicos). Ahora ya no se habla de colectivos de riesgo, sino de “conductas de riesgo”, porque independientemente de orientaciones sexuales, son las prácticas en sí mismas las que elevan el nivel de riesgo de contagio. El 40% de los jóvenes en esa franja de edad reconoce no tomar precauciones habitualmente en sus relaciones íntimas, bien “porque no se siente tanto” o bien “porque no pasa nada, estamos sanos”. Se estima que el número de personas con “capacidad de contagiar” alguna de las enfermedades anteriormente descritas supera el 30% de la población, personas que no conocen su situación de “afectados” porque no desarrollan síntomas, pero que transmiten las enfermedades.
Frente a esto, se desvía la responsabilidad de la educación sexual de los jóvenes a los educadores en las escuelas e institutos, cuando, siempre desde mi modo de entender el mundo, son los padres de las criaturas los que deberían asumir (y en muchos casos, lo hacen encantados) la función primordial de educar a sus hijos. Si les enseñas a comportarse en público, a comer en la mesa con “los mayores”, a no interrumpir cuando los adultos están hablando, a ser respetuoso con los demás, a no decir groserías, o a limpiarse los dientes antes de irse a dormir, ¿por qué motivo “oculto” no vas a hacer lo mismo cuando se trate de hablar de sexo? Si se trata de algo “natural”, que forma parte de la biología misma, además de ser una práctica saludable, ¿por qué ese pudor a la hora de hablar de sexo?
Porque unos jóvenes bien informados, son unos jóvenes sanos…